La presentación de los resultados del proyecto se celebró en el Magrama
El proyecto 'Life+Agricarbon' consigue compensar las emisiones de CO2 de 1.200.000 ciudadanos europeos
La sede del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente acogió el pasado 9 de junio la presentación de los resultados del proyecto ‘Life+Agricarbon: Agricultura sostenible en la aritmética del carbono’, llevado a cabo por la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC SV). De dicho proyecto se extrae que la Agricultura de Conservación fija en torno a 2 millones de toneladas de carbono al suelo por año, compensando las emisiones anuales de CO2 de 244.000 habitantes, es decir, 1,2 millones de europeos en cuatro años. También se presentó el proyecto ‘Life+ClimAgri: Buenas prácticas agrícolas frente al cambio climático’.
La Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC SV) presentó el pasado 9 de junio en el salón de actos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente el proyecto ‘Life+ClimAgri’ y los resultados del proyecto ‘Life+Agricarbon’. El evento contó con la participación de María José Alonso Moya, consejera técnica de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC); Iñigo Ortiz de Urbina Belsué, coordinador del equipo externo de seguimiento para el programa Life para España y Portugal; Jesús A. Gil Ribes, catedrático de la Universidad de Córdoba y presidente de la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos; y Rafaela Ordóñez Fernández, directora del Centro Ifapa Alameda del Obispo y secretaria general de la AEAC SV.
Presentación del proyecto ‘Life+ClimAgri’ y los resultados del proyecto ‘Life+Agricarbon’.
Resultados del proyecto ‘Life+Agricarbon’
María José Alonso, consejera técnica de la Oficina Española de Cambio Climático, fue la encargada de inaugurar el acto. En su intervención, Alonso destacó el papel que ha jugado la Oficina Española de Cambio Climático en las negociaciones internacionales, así como el papel fundamental de la agricultura (especialmente la agricultura de conservación) para que España cumpla con el Protocolo de Kioto. “El cambio climático es un fenómeno global. El primer periodo de compromiso del Protocolo de Kioto finalizó en 2012 y estamos orgullosos de poder decir que España ha cumplido con él. Ahora, el compromiso para 2020 es no superar los 2 °C que ha marcado la comunidad internacional. Para poder cumplir con estos compromisos es muy importante contar con planes nacionales y hacer un seguimiento de las políticas y medidas que vamos tomando”, señaló Alonso.
María José Alonso, consejera técnica de la Oficina Española de Cambio Climático.
La consejera técnica de la Oficina Española de Cambio Climático también destacó la necesidad de una estrecha coordinación entre los agentes implicados, con un papel relevante de los agricultores; la seguridad alimentaria y el sector agrario están directamente relacionados con el cambio climático; y por último, destacó la necesidad de políticas y medidas de mitigación y adaptación. “El sector agrario es una de las causas del cambio climático, y uno de los sectores más vulnerables a él. Si no nos adaptamos, nuestro sector agrario va a sufrir mucho”, concluyó María José Alonso.
Por su parte, Iñigo Ortiz de Urbina afirmó que actualmente en España existen alrededor de 285 proyectos en marcha, de los cuales el 10% aproximadamente están relacionados con la agricultura. A su vez, calificó a ‘Life+Agricarbon y Life+ClimAgri’ como “proyectos ejemplares”. El coordinador del equipo externo de seguimiento para el programa Life para España y Portugal, destacó también que “la sostenibilidad y valor añadido es una parte esencial de los proyectos Life, y debe demostrarse a través de indicadores de impacto”. Por último, destacó la necesidad de incorporar nuevas tecnologías a la agricultura para que los jóvenes se vean atraídos por este sector.
Iñigo Ortiz de Urbina Belsué, coordinador del equipo externo de seguimiento para el programa Life para España y Portugal.
Jesús Gil fue el encargado de presentar los resultados de ‘Life+Agricarbon’ con más detalles. Gil destacó la innovación, la replicabilidad, la transferabilidad, la colaboración con la Administración, la sostenibilidad de las acciones, y los buenos indicadores y objetivos cuantificables como los aspectos claves para el éxito del proyecto ‘Life+Agricarbon’. A su vez, habló sobre los objetivos del proyecto, los cuales enumeró de la siguiente manera:
- Demostrar la adaptabilidad de los cultivos herbáceos bajo Agricultura de Conservación al cambio climático.
- Demostrar que las técnicas agrarias utilizadas para mitigar el cambio climático son igualmente productivas y más eficientes en el uso de insumos que las técnicas agrarias convencionales.
- Puesta en marcha de una plataforma digital para la evaluación de las emisiones de CO2 y el consumo energético en las explotaciones agrarias.
- Dotar de conocimiento y herramientas a los agentes del sector agrario para llevar a cabo medidas que favorezcan la implantación de técnicas agrarias sostenibles mitigadoras del cambio climático.
Jesús Gil explicó que en los cuatro años de estudios en campo se utilizaron prácticas agrarias como la siembra directa, práctica agrícola utilizada en cultivos herbáceos extensivos en la que no se realizan operaciones de labranza y el suelo dispone de una cobertura vegetal protectora permanente y se realizan rotaciones de cultivo, y agricultura de precisión, que se compone de un conjunto de técnicas agrícolas que, con el apoyo de las TIC, la electrónica, y de sistemas de posicionamiento global (GPS), permiten realizar una aplicación sitio-específica (variable) de insumos, y con la ayuda de los sistemas de guiado una correcta ejecución de las operaciones.
Este ha sido el enfoque del proyecto europeo ‘Life+ Agricarbon: Agricultura sostenible en la aritmética del carbono, financiado por el programa Life de la Unión Europea. El proyecto ha sido coordinado por la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos y participan en él la Federación Europea de Agricultura de Conservación, el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria de la Junta de Andalucía y el grupo de investigación AGR126 de la Universidad de Córdoba. El proyecto ha contado con un presupuesto de 2,67 millones de euros, con una contribución europea de 1,23 millones de euros, y se ha desarrollado desde el año 2010 hasta el año 2014.
A su vez, Gil expuso la red de fincas demostrativas en las que se ha llevado a cabo el proyecto. En este sentido, resaltó que en estas parcelas demostrativas se ha aumentado hasta el 56% del secuestro del carbono respecto a la agricultura convencional. Por otro lado, en la superficie ocupada por siembra directa y agricultura de precisión en las fincas demostrativas (45 ha), se han fijado en cuatro años 1296 toneladas más de CO2 que en la superficie ocupada por agricultura convencional. También, gracias a la no alteración del suelo con aperos de laboreo, el CO2 emitido desde el suelo en el momento de realizar las operaciones agrícolas se ha llegado a reducir hasta en un 88%.
Jesús A. Gil Ribes, catedrático de la Universidad de Córdoba y presidente de la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos
Aplicando a la superficie total de cultivos bajo siembra directa en España y los coeficientes relativos al potencial de fijación de las técnicas de agricultura de conservación recogidas en el artículo científico elaborado en el marco del proyecto ‘Meta-analysis on atmospheric carbon capture in Spain through the use of conservation agriculture’, anualmente se fijarían 1,77 millones de toneladas de CO2, lo que supone, en términos de emisiones anuales per cápita en el año 2011 para la Europa de los 27 (7,4 t CO2/habitante) (Eurostat), compensar las emisiones correspondientes a una población cercana a los 240.000 habitantes, según expuso Gil.
“En el total del proyecto se ha conseguido compensar las emisiones de 1.200.000 ciudadanos europeos”, advirtió Gil, que a su vez hizo hincapié en la “posibilidad de hacer agricultura de conservación en cualquier zona donde se haga agricultura” resaltando la “eficiencia en el uso de la energía, la conservación de suelo y agua que esta técnica supone”. Para finalizar su ponencia, destacó que en el marco del proyecto se han realizado diversas acciones de comunicación y difusión, además de cursos de formación, jornadas prácticas en campo y un congreso de ámbito europeo, que ha supuesto la formación directa de casi 3.000 personas y un impacto indirecto a una audiencia de más de 200.000 personas.
Presentación del proyecto ‘Life+ClimAgri’
Rafaela Ordóñez Fernández, directora del Centro Ifapa Alameda del Obispo y secretaria general de la AEAC SV, fue la encargada de presentar el proyecto ‘Life+ClimAgri: Buenas prácticas agrícolas frente al cambio climático’. Comenzó su ponencia advirtiendo del peligro que corre el sector agrícola, ya que, según Ordóñez Fernández, es uno de los que más afectado puede verse con el cambio climático. “Si no se anticipa una adaptación a tiempo y se toman medidas para mitigar los efectos del clima, las consecuencias económicas, sociales y ambientales podrían ser considerables, teniendo en cuenta el importante papel que desempeña el sector agrario, tanto como proveedor de alimentos como de bienes y servicios ambientales”, señaló.
El riego, junto con la fertilización y el manejo del suelo, es uno de los principales factores que condicionan las emisiones de GEI en sistemas agrícolas extensivos. Según la directora del Centro Ifapa Alameda del Obispo y secretaria general de la AEAC SV, sobre estos tres aspectos deberían centrarse las principales estrategias de mitigación y adaptación. “El proyecto ‘Life+ ClimAgri’ aborda estos problemas de los que hablamos, estableciendo como objetivo, el desarrollo de estrategias de manejo agronómico de cultivos extensivos, que contribuyan conjuntamente a la mitigación del cambio climático y la adaptación de los cultivos, tanto a las condiciones climáticas presentes como futuras, y que sirvan para el impulso y desarrollo de las políticas y legislaciones medioambientales de España y el resto de la UE respecto al cambio climático. El proyecto ha establecido un total de 12 fincas en España, Portugal, Italia y Grecia, donde se seguirán una serie de buenas prácticas agrarias seleccionadas por expertos”, afirmó Rafaela Ordóñez durante su intervención.
Rafaela Ordóñez Fernández, directora del Centro Ifapa Alameda del Obispo y secretaria general de la AEAC SV.
El proyecto, con una duración de 4 años y medio (junio 2014-diciembe 2018), está liderado por la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC SV), y cuenta con la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Sevilla (Asaja Sevilla), la Federación Europea de Agricultura de Conservación (Ecaf), el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria (Ifapa) y la Universidad de Córdoba como socios participantes. Tiene un presupuesto global de 2,24 millones de euros, de los cuales 1,12 millones de euros son financiados por la Comisión Europea a través del Programa Life. Los resultados que esperan obtener, según Rafaela Ordóñez Fernández, son los siguientes:
- Reducción del 20% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y aumento del 35% del secuestro del carbono atmosférico en el suelo, en aquellas explotaciones con Buenas Prácticas Agrícolas implementadas.
- Mayor adaptación de los cultivos a condiciones climáticas esperadas del cambio climático, por una mayor eficiencia en el uso del agua, escape del ciclo de las condiciones de estrés climático y mejora de la capacidad de respuesta del cultivo.
- Manual de Buenas Prácticas Agrícolas orientadas a la mitigación del cambio climático y la adaptación del cultivo frente a los escenarios climáticos esperados y protocolo de actuación para su seguimiento técnico-administrativo.
- Documentación técnica, identificando medidas a adoptar en el sector agrario europeo, nacional y regional que refuercen las políticas que puedan surgir de la normativa relacionada con la adaptación y mitigación del cambio climático.
- Mejora de la formación de colectivos pertenecientes al sector agrario en relación al cambio climático y sus implicaciones en la agricultura y respecto a las técnicas agrarias de mitigación y adaptación.
- Aumentar la superficie agrícola bajo estos sistemas de gestión.
Agricultura de conservación, una realidad en el campo español
Como cierre a la jornada, se celebró una mesa redonda moderada por el coordinador general de ambos proyectos, Emilio González, en la cual participaron agricultores pioneros de agricultura de conservación y participantes en estas interesantes iniciativas. José Fernando Robles, de Asaja Sevilla, puso de manifiesto la necesidad de un mayor apoyo de las administraciones públicas para que se facilite el acceso del agricultor a estas técnicas sostenibles. Juan José Pérez, técnico y agricultor de la zona de Sevilla, informó sobre las ventajas de la agricultura de conservación en los cultivos de secano, mientras que Miguel Barnuevo, agricultor de Albacete, expuso los beneficios de la gestión del agua en los cultivos irrigados. Rafael Calleja, agricultor de la zona de Palma del Río (Córdoba), ofreció una interesante visión del aporte de la agricultura de conservación en los cultivos leñosos, como el olivar y los cítricos. Angel Luis López, presidente de la Agrupación de Siembra Directa de Guadalajara, expuso cómo la organización de jornadas de campo es una eficaz forma de dar a conocer la agricultura de conservación, tanto a nivel agronómico como de maquinaria.