Entrevista a Juan Carlos Planas, responsable estatal del Sector Forrajes de COAG
La alfalfa es la planta forrajera por excelencia. De hecho, en la agricultura aragonesa los cereales y la alfalfa ocupan un destacado protagonismo respecto al resto de cultivos ya que representan más del 75% de la superficie cultivada tanto en secano como en regadío. Juan Carlos Planas Pacheco, responsable estatal del Sector Forrajes de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), destaca en esta entrevista cuál es la situación actual del cultivo de alfalfa. “La bajada de precios de los cereales nos hace menos competitivos, así que habría que aumentar la producción en campo. Se trata de incentivar el consumo interno de España, algo vital para diversificar el mercado”, apunta.
Juan Carlos Planas Pacheco, responsable estatal del Sector Forrajes de COAG.
Aragón es el mayor productor de alfalfa de Europa. ¿Disponen de cifras? ¿Cómo ha sido la evolución de la cosecha de la alfalfa en esta región?
Sí, Aragón es el mayor productor de alfalfa de Europa. Disponemos de 77.884 hectáreas donde se producen 879.997 toneladas de alfalfa. En cuanto a la evolución de su cultivo, con un aumento de la superficie en 2013 del 3%, ha habido un descenso en la producción del 0,18%, debido fundamentalmente a las condiciones meteorológicas.
¿A dónde se destina la mayor parte de la alfalfa aragonesa? ¿Y sus principales usos además de la alimentación del ganado…?
Buena parte de la alfalfa aragonesa se dirige a la exportación, sobre todo a países como los Emiratos Árabes Unidos. Entre sus principales usos se encuentra la alimentación del ganado en sus diferentes fórmulas, ya sea en fibra o elaboración de piensos.
España es el segundo exportador de alfalfa del mundo, después de EE UU. ¿Qué supone este liderazgo para el sector?
En realidad se trata de un reto muy importante que nos hace estar siempre en la vanguardia para ser competitivos en el mercado de los forrajes internacional.
España exportará alfalfa deshidratada a la República Popular de China tras la firma de un protocolo sobre requisitos sanitarios… ¿Qué supone este nuevo camino para el sector?
Es una buena noticia. Para nosotros supone abrirnos a nuevos mercados que hasta la fecha nos estaban vetados, lo que sin duda será beneficioso.
En total, 24 establecimientos españoles han sido aprobados para exportar. ¿Cuáles son los requisitos?
Para recibir la aprobación, se ha puesto mucho énfasis en cuestiones sanitarias fundamentalmente, pero también se han fijado en su tratamiento en el campo.
El acuerdo alcanzado para dar luz verde a la exportación exige que las mercancías estén certificadas por los servicios sanitarios y fitosanitarios. ¿Qué pasos deben dar las empresas? ¿Qué opinión le merece el acuerdo?
El primer paso es certificar al Ministerio de Agricultura que están libres de todo tipo de plagas que consideran peligrosas. En cuanto a la opinión que me merece el acuerdo, considero que es una buena manera de abrirnos a mercados tan importantes como el chino, con el gran potencial de crecimiento que está demostrando en los últimos años.
En general, ¿cuáles son los principales retos y amenazas a los que se enfrenta el sector?
Entre los principales retos a los que nos enfrentamos se encuentra la bajada de precios de los cereales, que nos hace menos competitivos, así que habría que aumentar la producción en campo. Se trata de incentivar el consumo interno de España, algo vital para diversificar el mercado.
¿Cómo afecta la PAC a este sector?
Con la nueva reforma nos hemos quedado fuera de las ayudas directas, pero sí han tenido en cuenta su valor medioambiental.
¿Qué le diría a los que consideran que el cultivo de alfalfa es una actividad 'poco sostenible'?
Difícilmente encontraríamos un cultivo más verde durante todo el año. Es, además, un importante generador de trabajo en el medio rural y acogedor de muchas especies de aves que encuentran refugio en su hábitat.
¿Es un sector suficientemente automatizado?
La verdad es que se han pasado diferentes reformas durante los últimos años y eso nos ha servido para estar en la vanguardia mundial del sector.
Háblenos del futuro, ¿cómo ve el sector dentro de cinco o diez años?
Si los mercados nos respetan, no veo en el Valle del Ebro cultivo más atractivo para el agricultor y el medio rural.