El transporte de alimentos a temperatura controlada
Los alimentos en el proceso de distribución
Estas características citadas, y que son comunes a los vehículos, condicionan a su vez aspectos tan significativos como, el volumen de la zona de carga, la potencia de la máquina propulsora, la disposición y protección de los espacios de carga, el bienestar y la comodidad de las tripulaciones y la seguridad de las mercancías que se transportan.
La temperatura controlada se refiere al aseguramiento del rango de temperatura contratado con el cliente en todos nuestros procesos de trabajo. Debemos constatar que nuestro cometido es mantener ‘temperatura’ no ‘enfriar’. Se trata por lo tanto, de preservar las condiciones del servicio desde el momento de la recogida hasta el punto de entrega final. Lógicamente no debemos obviar en ningún momento la etapa del transporte de larga distancia, que es el de mayor durada, y el que puede llegar a generar un punto de mayor criticidad.
Tipología de servicio en función de la temperatura
En primer lugar, es esencial que respetemos la normativa aplicable a cada producto dentro de la temperatura regulada a unas condiciones de transporte. En ningún momento nos podemos saltar estas regulaciones estipuladas.
Es importante diferenciar entre tipologías de servicio en función del rango de temperatura. Podemos denominar como mercancía perecedera a aquellos productos sanitarios, alimentarios e incluso de uso industrial que precisan de unas condiciones especiales, de un control técnico determinado y de unos parámetros de salubridad y de temperatura regulada para su conservación y durante su almacenamiento, transporte, carga y descarga.
El producto refrigerado sería aquel producto que ha sido enfriado hasta la temperatura óptima de almacenamiento de forma que en todos sus puntos la temperatura sea superior a la de su punto de congelación.
A diferencia del anterior tenemos el producto congelado que es aquel en el que la mayor parte de su agua de constitución (se denomina agua libre) se ha transformado en hielo, al ser sometido a un proceso de congelación. Está especialmente concebido para preservar su integridad y calidad, para reducir en todo lo posible, las alteraciones físicas, bioquímicas y microbiológicas, tanto en la fase de congelación como en la de conservación ulterior.
Estas serían las cuatro definiciones más genéricas donde podríamos englobar todos los productos que deben estar sujetos a un control de temperatura durante el proceso de transporte desde el punto de recogida hasta la entrega final.
Riesgos en el transporte a temperatura controlada
El punto crítico en el transporte es el mantenimiento de la cadena de frío. Debemos mantener también en todo momento, la integridad del envase, y por tanto del producto en sí mismo.
En general, teniendo en cuanta de que se trata de productos perecederos, el tiempo que transcurre desde que la mercancía sale del almacén industrial hasta que llega al punto de venta o distribución final, no debería superar los seis días.