UPA reclama a Interior más medios en la lucha contra los robos en el campo
El día 19 de junio, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) trasladó a los responsables de los ministerios de Interior y de Agricultura españoles, la problemática de los robos en el campo. El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, reconoció que en los dos últimos años han disminuido los efectivos en las zonas rurales. Las cifras concluyen que los robos en el mundo rural han subido casi un 50% desde 2010, debido a que en España se cometen al menos 64 robos cada día en explotaciones agrícolas y ganaderas. Tras esta estadística se esconden familias que se ven obligadas a afrontar una importante pérdida económica y un grave perjuicio en el desempeño de su actividad por culpa de bandas criminales organizadas. Desde UPA se ha querido dar la voz de alarma ante esta situación “realmente insoportable”, exigiendo a las autoridades que tomen las medidas imprescindibles para garantizar la seguridad en las explotaciones agrarias, “pero hasta ahora todo sigue más o menos igual. El campo se encuentra abandonado a su suerte y nadie parece poner remedio”, afirmó la Organización.
No hay un patrón único que sirva para definir al colectivo de los ladrones rurales. Buena parte de las noticias difundidas ha incidido en la existencia de bandas de ciudadanos de algunos países del este europeo o del Magreb para, a continuación, hacer algunas denuncias un tanto xenófobas. Es cierto que entre los detenidos aparecen bastantes rumanos y marroquíes, pero también nos encontramos con un número significativo de ciudadanos españoles dedicados a estas actividades delictivas. El 72% de los detenidos por robo en el campo son españoles, seguidos de los rumanos, con un 20%. El buen conocimiento de las zonas y de los momentos más idóneos para cometer los delitos parece indicar que estas bandas disponen de informantes dentro del propio mundo rural. En resumen, que se trata de redes amplias y organizadas que se dedican al despojo sistemático del sector agrícola y ganadero, más desprotegido que nunca.
Prácticamente todas las comunidades autónomas se encuentran afectadas por los robos rurales. Quizás las situaciones más dramáticas se han registrado en la Comunidad Valenciana, Andalucía (especialmente en Almería), Cataluña, Murcia, Madrid y Galicia, pero el fenómeno se encuentra repartido por todo el territorio nacional.
En Lleida se han organizado patrullas de vigilancia para proteger la cosecha de fruta. Algo similar ocurre en la Comunidad Valenciana, donde han destacado importantes robos de la cosecha de cítricos, a los que hay que añadir otros cultivos, metales, maquinaria, productos fitosanitarios y cabezas de ganado. Por su parte, Murcia también presenta una situación preocupante con robos de fruta, cítricos, frutos secos, hortalizas y material metálico de todo tipo. En Andalucía los robos varían de una provincia a otra. Almería parece encabezar el ranking autonómico, con numerosos robos en sus explotaciones hortícolas. Aunque en las zonas olivareras la situación parece ahora más tranquila, ha habido momentos donde los robos han sido muy comunes. En las dos Castillas y Extremadura se registran los consabidos robos de metales y maquinaria, además de cabezas de ganado (ovino y porcino de manera preferente).
Por otro lado, Madrid es otra de las zonas donde los robos se han convertido en una pesadilla cotidiana. Productos cultivados, cabezas de ganado, metales, etc., son saqueados de manera continuada. Por último, en Canarias se han producido algunos robos de hortalizas, fundamentalmente de patatas, mientras que en Baleares la situación parece estar bastante tranquila.