Los vuelos cortos solo suponen el 1,2% de las emisiones totales en España
En España, los vuelos de menos de 500 kilómetros suponen solo el 1,2% de las emisiones totales del país, según el estudio sobre la efectividad medioambiental de medidas restrictivas de los vuelos domésticos en España, elaborado por el Comité de Sostenibilidad del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE).
El informe, que analiza la posible eficiencia medioambiental de medidas restrictivas a los vuelos domésticos en favor del transporte por tren de alta velocidad en España, anunciadas por el Gobierno recientemente, apunta además que el volumen de CO2 correspondiente a las emisiones de todas las conexiones aéreas susceptibles de ser reemplazadas por trayectos en trenes de alta velocidad de menos de 3 horas supone el 0,1% de las emisiones totales de CO2 en España en 2019, el mismo porcentaje que las emisiones de los ferrocarriles con locomotoras diésel todavía existentes en la red ferroviaria nacional.
Para la elaboración del informe, se ha tenido en cuenta los trayectos aéreos con alternativa ferroviaria de menos de 3 horas y, más concretamente, el caso del puente aéreo Madrid-Barcelona.
Otra de sus conclusiones apunta a que las emisiones de CO2 asociadas a la construcción de vías de alta velocidad suponen un factor fundamental a la hora de evaluar la eficiencia medioambiental del ferrocarril. Con el tráfico actual, el COIAE ha estimado que la línea Madrid-Barcelona necesitará 40 años para amortizar estas emisiones. Ello, sin tener en cuenta otros efectos negativos como, por ejemplo, el impacto medioambiental sobre el territorio.
El potencial de reducción de emisiones de CO2, si se reemplazara el puente aéreo Madrid-Barcelona por conexión ferroviaria, podría alcanzar 136,7 ktCO2. Esto supondría aproximadamente el 0,68% de las emisiones totales de la aviación española en 2019 (sin tener en cuenta las emisiones de CO2 durante la construcción de la vía férrea), apunta el estudio. El largo tiempo de construcción de las vías de alta velocidad (de 18 a 26 años de media), más el período de amortización medioambiental posterior necesario, hace que para cuando las posibles nuevas líneas contribuyesen de forma neta a la reducción de emisiones, la aviación ya podría ser sostenible.
Según los ingenieros aeronáuticos, existe un claro potencial de reducción de emisiones en la interconexión eficiente de la aviación comercial y el transporte por tren. Esto pasaría por medidas como habilitar más enlaces tren aeropuerto o implementar billetes únicos intermodales, apunta Óscar Castro, miembro del Comité de Sostenibilidad del COIAE. Para el Colegio, la disyuntiva entre tren y avión a la hora de realizar un viaje parece no ser la cuestión realmente importante a la hora de afrontar el desafío medioambiental del calentamiento global y plantea una reformulación de posibles soluciones cómo aprovechar, de manera conjunta y eficiente, ambas formas de transporte para reducir de forma real las emisiones contaminantes.
Asimismo, apuntan que un problema complejo, como el de las emisiones GEI en la aviación, no se suele resolver con recetas sencillas. Para conseguir un cambio significativo en la aviación comercial, reduciendo las emisiones primero, y eliminándolas en el horizonte del 2050, será necesario, según el COIAE, avanzar con todas las herramientas y estrategias disponibles aplicadas en el conjunto de los segmentos del tráfico aéreo.