La crisis de la COVID-19 deja el sector aéreo con turbulencias hasta el 2024
Pere Suau, investigador del grupo Sustainability and Management Research Group (SUMA) y profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC
18/06/2020Pese a que la desescalada ya llega a un amplio abanico de sectores de la economía, el aéreo no es uno de ellos. Este verano no se repetirán las imágenes de maletas llenas rodando por los aeropuertos en busca de vacaciones. La COVID-19 dejará la industria del aire con turbulencias durante varios años y el sector no prevé que se recuperen los niveles de tráfico del año 2019 hasta el 2023 o el 2024.
La actual pandemia ha provocado una crisis sin precedentes en el sector aéreo. Antes del coronavirus, una de las dificultades más importantes que tuvo que afrontar por razones sanitarias fue la crisis del SARS, en 2003, que hizo caer el 35% de los pasajeros en Asia y en el Pacífico. En los inicios de la crisis de la COVID-19, la caída de ingresos fue del 98%.
El virus ha vaciado los aeropuertos y las ofertas a precio de saldo pueden ser una de las estrategias que pueden utilizar las aerolíneas para volver a llenarlos. Históricamente, después de las crisis, las compañías aéreas han intentado estimular la demanda con precios más bajos. Hoy por hoy, parece que también podría ser así, aunque con costes adicionales relacionados con la seguridad sanitaria en los aeropuertos.
Las compañías aéreas deben adaptarse a la nueva realidad post COVID-19.
Las compañías deberán ajustarse el cinturón para vivir durante los próximos años con unos volúmenes de pasajeros muy inferiores a los que había antes de la crisis, aunque esto no se traducirá en un encarecimiento de los billetes para el consumidor. Incluso, en rutas concretas existirán menos competidores durante la recuperación y también podría ser que los precios se incrementarán, pero globalmente se cree que los precios se mantendrán o bajarán ligeramente.
No todos los modelos de aerolínea, ni todos los mercados, sufrirán de la misma forma los efectos de esta crisis. Las aerolíneas deberán adaptar sus modelos de negocio a unos ritmos y unas frecuencias de viaje más bajos, y las firmas especializadas en el bajo coste se recuperarán más rápidamente que las que ofrecen un abanico más amplio de servicios. Como en toda recesión, algunos de los nombres que hasta hace poco aparecían en el panel de llegadas y salidas de los aeropuertos ya no estarán. Algunas de las que han parado su actividad son, por ejemplo, Flybe (Reino Unido), Air Italy (Italia) y Virgin Australia (Australia). Asimismo, surgirán otras. Las que están especializadas en los recorridos regionales pueden ser algunas de las compañías que recuperen más rápidamente la actividad.
En este sentido, las ayudas públicas que dispongan los estados marcarán parte de la competición con el fin de recuperar el mercado. No obstante, una de las mayores preocupaciones del sector es la distorsión del mercado del transporte aéreo, ya que las compañías no competirían en igualdad de condiciones. Estados como Alemania, Francia, Italia o Noruega ya han salido al rescate de sus principales aerolíneas que pueden ayudar a ofrecer precios más bajos, para recuperar cuota de mercado, aunque pueden suponer un coste a largo plazo.
¿Nuevos hábitos de vuelo en la ‘nueva normalidad’?
La pandemia ha provocado, a su vez, el resurgir de nuevos hábitos entre los ciudadanos y algunos de ellos acabarán afectando al sector aéreo. Las videollamadas o el teletrabajo se han convertido en habituales en el día a día de muchas personas y amenazan con dejar vacíos algunos asientos de las aeronaves. En este sentido, la normalización de las nuevas tecnologías como herramientas de trabajo provocará que algunos de los viajes de negocios que se hacían, se dejen de hacer, sobre todo en los casos en que ya había una relación entre las partes y muchas veces la presencia era más una herencia que una cortesía.
Los pasajeros deberán adoptar nuevos hábitos de seguridad para volar a corto plazo.
Sin embargo, una videollamada difícilmente podrá sustituir la sensación de confianza, por lo que seguirán existiendo viajes para hacer contactos nuevos o cerrar negocios importantes. Esto da esperanza a las aerolíneas más tradicionales y con un abanico amplio de servicios, dado que este tipo de viajeros son una de sus fuentes de ingresos principales.
De hecho, es muy probable que, a corto plazo, los viajeros de negocios sean los primeros en volver a volar. Sin embargo, no lo harán todos, ya que los viajes habituales de ferias y congresos tardarán más en reactivarse, dada la cancelación de este tipo de eventos por motivos sanitarios. En este sentido, un hábito nuevo que deberán interiorizar los pasajeros serán las medidas de seguridad, para evitar que el virus se propague de nuevo. Junto a los detectores de metales y del resto de herramientas de seguridad, los viajeros deberán familiarizarse con los controles sanitarios.
¿Los viajeros buscarán otros medios de transporte?
La reactivación del turismo en España se está planteando desde una óptica nacional y apostando por las distancias cortas. No es el único país que lo está haciendo así: Alemania y Francia también instan a los ciudadanos a que busquen un lugar cercano, para pasar las vacaciones con el fin de limitar los grandes movimientos de población. Estas y otras medidas no supondrán una amenaza para la hegemonía del avión como medio de transporte del futuro para desplazamientos largos. Aunque los vuelos de larga distancia serán los últimos en volver por la diversidad de situaciones en las que se encuentran los diferentes países, y aunque haya una cierta preocupación en el sector por el impacto de las tecnologías, los expertos consideran que a largo plazo se volverá a niveles similares de vuelos de larga distancia.
Algunas alternativas, como las líneas de tren de alta velocidad o los vehículos privados, pueden reavivarse a corto plazo, pero no representan una amenaza para el mercado aéreo. Hay que tener en cuenta que, mientras que en algunos mercados de corto radio sí existe la posibilidad de sustituir el modo aéreo por el ferroviario de alta velocidad, a escala global no hay ningún medio de transporte que pueda sustituir el aéreo.
Artículo de referencia: Suau, P.; Voltes A.; Cugueró N. ‘An early assessment of the impact of COVID-19 on air transport: Just another crisis or the end of aviation as we know it?’ Journal of Transport Geography, 2020.