Una tecnología desarrollada en Catalunya permitirá ahorrar un 30% de combustible en aeronaves
El centro tecnológico Eurecat (miembro de Tecnio) ha participado en el desarrollo de un nuevo concepto de motor ‘Open Rotor’ que permitirá reducir el consumo de combustible de los aviones en un 30% y que podría empezar a comercializarse en diez años de la mano del fabricante europeo Safran Aircraft Engines.
Concretamente, Eurecat se ha encargado de diseñar y fabricar más de 100 componentes plásticos y metálicos de alta tecnología que permitirán empezar las pruebas de vuelo del nuevo motor en un plazo de cinco años.
Eurecat ha dado a conocer en las últimas ediciones de las ferias Aéromat de Toulose, una de las más importantes a nivel europeo, y Airtec de Múnich, especializada en componentes aeronáuticos, los últimos avances en mecanizado de forjas con la técnica de producción industrial ‘near net shape’ de piezas de bajo grueso y la impresión 3D en termoplásticos, tecnologías desarrolladas en Catalunya que se aplicarán en la construcción de este nuevo motor.
En una primera fase, se ha desarrollado un prototipo para pruebas en un banco de tierra del motor que permitirá avaluar la “idoneidad de su arquitectura” y las “tecnologías usadas en su diseño y fabricación”, según explica Ángel Lagraña, director de Mercado Aeronáutico de Eurecat.
Según Lagraña, la fabricación del nuevo motor con materiales termoestables y termoplásticos generará un “ahorro de peso” y, por tanto, “reducirá las emisiones de CO2”, una innovación que se podría empezar a comercializar en un plazo de entre diez y quince años en aviones de Airbus de la mano del fabricante de motores francés Safran.
El consorcio que ha desarrollado los nuevos motores ‘Open Rotor’ está liderado por Safran y, a parte de Eurecat, cuenta con empresas aeronáuticas europeas de primer nivel, como la inglesa GKN o las italianas Leonardo y GE-AVIO, además del fabricante Airbus.
El proyecto de este nuevo motor ‘Propfan’ se enmarca en la primera fase del plan Cleansky, una iniciativa de la Comisión Europea dotada con 1.600 millones de euros que tiene la finalidad de impulsar nueva tecnología para reducir las emisiones acústicas y contaminantes de la aviación.