Bodegas Casa Rojo desafía los límites con Viñas Bastardas: la fusión de sus dos proyectos vitivinícolas, Ribera del Duero y Murcia
En un singular movimiento que refleja su reputación como innovadores en el mundo vinícola, Casa Rojo Bodega y Viñedos sorprende con el lanzamiento de Viñas Bastardas, una creación vanguardista que fusiona dos vinos con un claro mensaje: “Todo mejora cuando dos se complementan entre sí”, como dice José Luis Gómez, enólogo y titular de esta audaz idea.
La robustez de la Tempranillo de Ribera del Duero y la necesidad de domarla para hacerla más agradable en boca encuentra en la Monastrell murciana el contrapeso perfecto para diseñar un vino que parece (al menos eso apuntan ya muchos críticos) el vino “perfecto”.
“Con este coupage no sólo hemos pretendido hacer un vino maravillosamente armonioso, para nosotros también es tratar de reivindicar que no existen fronteras cuando el trabajo es honesto, que no hay reglas que nos impidan como creativos, apuntar a nuevos horizontes”, dice Laura Rojo, cofundadora junto con José Luis de Casa Rojo.
“Con Viñas Bastardas hemos traspasado fronteras, físicas y emocionales, creando un vino que captura la esencia de dos regiones en una sola botella. Es una declaración de nuestra pasión por reinventar y desafiar lo establecido”, comenta Gómez.
Los aficionados al vino encontrarán en Viñas Bastardas un vino lleno de contrastes y un curioso juego en boca: por un lado, se nota la intensidad frutal y tánica de la Tempranillo de la Ribera del Duero y, seguidamente, el cálido y especiado abrazo mediterráneo de la Monastrell. Potencia se une a elegancia. Norte al Sur. Castilla a Murcia. El resultado es un vino vibrante, con cuerpo y con un carácter inconfundible pero que nos deja con ganas de mucho más tras cada sorbo.
Casas Rojo tiene su Bodega en la Ribera del Duero en la localidad Vallisoletana de Curiel de Duero, justo en pleno triángulo de oro de la Ribera del Duero, y en Murcia los viñedos de Monastrell y la Bodega están situados en la falda norte del Parque Natural de la Sierra de la Pila, en el límite del término municipal de Jumilla con Abanilla. Ambas Bodegas tienen las puertas abiertas al enoturismo, una de las actividades por las que la Bodega fue elegida durante dos años consecutivos la segunda mejor Bodega Española abierta al público.