El vino ya puede vivir de pie
Todos sabemos que para la buena conservación del vino, la botella no se debe guardar de pie, ni en las bodegas ni en casa. Pero hay innovaciones que revolucionan las creencias establecidas. Un ejemplo de ello es Botella Beronesa, una empresa española con vocación internacional que, motivada por el respeto y pasión por el vino, ha creado, diseñado y patentado una botella que garantiza que el tapón está en contacto permanente con el vino, sea cual sea su posición, incluso en vertical.
Detrás de Botella Beronesa está el riojano Nicolás Peñafiel, procedente de Briones, quien se alzó en 2015 con la medalla de Oro y el Premio Especial del Centro Europeo de Investigación Aplicada por su trabajo ‘Botella Beronesa, contacto permanente corcho vino, incluso en posición vertical’.
Aunque la primera botella se presentó al mercado español en 2017 –recibiendo el premio de Novedad Técnica en Enomaq–, Botella Beronesa sigue yendo más allá. El producto fue pensado y desarrollado para ser el mejor compañero y guardián de los vinos. “Desde hace 200 años y hasta hoy, el recipiente (la botella) solo ha tenido cambios estéticos. Botella Beronesa constituye un hito inédito por su aporte técnico, que la convierte más que en una botella, en un sistema de crianza en botella optimizado”, explica su inventor.
Botella Beronesa prolonga y preserva intactas todas las propiedades más favorables de los vinos gracias a su controlada evolución en botella. Esto permite una crianza vertical mejorada ya que el tapón está en contacto permanente con el vino, inhibe el desarrollo de hongos en el tapón natural.
Asimismo, el sistema evita fugas, escapes o pérdidas y mantiene hermética la cámara protectora de aire inerte de CO2 y N2. Además, retiene los posos y precipitados en los laterales, lo que mejora la imagen del producto. El hecho de que sea vertical la convierte en un producto apilable hasta siete alturas que ahorra un 20% de espacio, tanto en almacén como durante el transporte.