Respuestas agronómica y enológica de la variedad Albariño bajo dos sistemas de conducción en su principal área de producción (D.O. Rías Baixas)
Introducción
Entre estas prácticas culturales debemos destacar el sistema de conducción de las cepas, definido como la manipulación física de la forma de la viña (Reynolds, 1983). El sistema de conducción es un componente integral del manejo del viñedo debido a su impacto en el microclima de las cepas y su influencia en el control de enfermedades así como en la facilidad o no del paso de maquinaria agrícola. El sistema de conducción ejerce una influencia sobre la calidad de la uva ya que determina la superficie fotosintéticamente activa y, por tanto, la síntesis de azúcares (Gladstone y Dokoozlian, 2003; Reynolds y Vanden Heuvel, 2009; Favero et al., 2010).
En Galicia y más concretamente en la Denominación de Origen (D.O.) Rías Baixas existe una discusión permanente sobre las ventajas e inconvenientes del cultivo en espaldera de la variedad ‘Albariño’, que es la variedad cultivada mayoritariamente en esta región (más del 95% de la producción total de la D.O.), suponiendo el 85% de la producción de uva blanca en la zona de O Rosal y, prácticamente, el 100% en O Salnés (Rías Baixas Denominación de Origen, 2013). El Albariño es una variedad de brotación precoz, de fuerte vigor y elevada fertilidad. Posee racimos pequeños y de compacidad media, es poco sensible a ‘Botrytis cinerea’, resiste bastante bien el mildeu pero es muy sensible al oídio. Desde el punto de vista enológico, Albariño posee una gran capacidad de producción de azúcar, además de una gran riqueza en ácidos y aromas, dando lugar a vinos de características inconfundibles y que son muy apreciados a nivel mundial (Pérez et al., 1993; Díaz Losada et al., 2011).
En esta D.O., el sistema utilizado tradicionalmente para conducir la vid es el emparrado aunque, en los últimos años, se observa una tendencia al uso de espalderas con el fin de maximizar la superficie foliar efectiva. El sistema de espaldera tiene la ventaja de favorecer la mecanización de las labores agrícolas ya que el follaje y los racimos se distribuyen de una forma ordenada en el espacio (Reynier, 1989).
Actualmente, el sistema de conducción más adaptado al uso de maquinaria es la espaldera vertical; sin embargo, este sistema es ampliamente cuestionado para su empleo con la variedad ‘Albariño’ ya que resulta difícil controlar el vigor de la misma. En este contexto, el objetivo de este estudio es analizar el comportamiento agronómico y la calidad de mostos y vinos de la variedad Albariño, cultivada de manera comercial, bajo dos sistemas de conducción (parra y espaldera) en dos de las subzonas más importantes de la D.O. Rías Baixas.
Material y métodos
En concreto, la finca situada en O Rosal se localiza en el ayuntamiento de Fornelos, cerca de la frontera con Portugal. Su superficie total es de 50 ha, de entre las que se seleccionaron dos parcelas de 1 ha, una con cepas conducidas en parra y otra, situada al lado de la anterior, con cepas conducidas en espaldera. Las plantas tenían una edad aproximada de 15 años al comienzo del estudio y estaban injertadas sobre 110R en ambos sistemas de conducción. El marco de plantación era de 4 x 3 m para la parra (833 cepas/ha) y el alambrado se situaba a 1,8 m del suelo. En el caso de la espaldera, podada en pulgares y varas, el marco de plantación era de 2 x 3 m (1667 cepas/ha), el alambre de soporte se encontraba a 90 cm de altura, mientras que los alambres del follaje estaban a 1,35 y 1,8 m del suelo. En parra se dejaron 48 yemas por planta tras la poda de invierno y en espaldera 24 yemas por planta. En las figuras 2 y 3 se puede observar una vista general de las plantas en parra y en espaldera.
Los controles de maduración se llevaron a cabo desde el envero con una frecuencia semanal. Estos controles comenzaron el 28 de agosto y terminaron el 16 de septiembre en O Rosal, mientras que en O Salnés comenzaron el 18 de agosto y finalizaron el 17 de septiembre. Se recogieron al azar 10 bayas por planta de las partes superior e inferior de los racimos, así como de las caras expuesta y sombreada de los mismos. Al final, en cada fecha de muestreo, se obtuvieron 160 bayas de cada sistema de conducción para cada localización. En estos controles se determinaron el contenido en sólidos solubles (ºBrix), la acidez total y el pH.
En la vendimia se registraron el número y el peso de los racimos de cada una de las plantas control y estos datos se utilizaron para estimar la producción, tanto por cepa como por hectárea. A partir de estos datos se calculó el peso medio del racimo. El estado sanitario de las plantas se determinó mediante inspección visual.
Para realizar las microvinificaciones se vendimiaron 100 kg de uva de cada parcela y se vinificaron por separado según el sistema de conducción y la localización de la parcela. Las uvas se vendimiaron manualmente y se transportaron a la bodega de la EVEGA, donde se llevaron a cabo las microvinificaciones utilizando procedimientos habituales para la elaboración de vinos blancos. Las uvas procedentes de cada tratamiento se despalillaron y estrujaron por separado y prensaron. Durante el procesado de la uva se añadieron 50 mg L-1 de SO2 para evitar la oxidación del mosto y como control microbiológico.
Posteriormente los mostos se encubaron por separado en depósitos de acero inoxidable para su fermentación, la cual se controló mediante medidas periódicas de densidad y temperatura. Tras 24 horas de desfangado estático en frío, los mostos se trasegaron a depósitos de acero inoxidable de 35 litros para continuar la fermentación. Estas fermentaciones se llevaron a cabo a 18 °C.
Resultados y discusión
Durante el período de estudio se apreció un mayor número de racimos en las cepas conducidas en parra que en las conducidas en espaldera. Esta diferencia ha resultado más notable en el caso de la parcela situada en O Salnés donde las parras presentaban un 50% más de racimos que las espalderas (Tabla 1). En O Rosal, esta diferencia se encuentra entorno al 25%. El sistema de conducción, por tanto, ejerce una gran influencia en el número de racimos por planta, como ya han observado otros investigadores (Vanden Heudel et al., 2004). Este hecho se debe al número de yemas por cepa que es mucho mayor en la parra que en la espaldera.
Estas diferencias en el número de racimos y el peso medio de los mismos provocaron una diferencia significativa en la producción por planta, siendo ésta mucho mayor en las parras que en las espalderas para las dos subzonas en estudio. En el caso de O Rosal, las parras produjeron un 28% más que las espalderas pero esta diferencia fue mucho más acusada en O Salnés donde las parras produjeron 3 veces más que las espalderas (Tabla 1). Observaciones similares han sido presentadas por otros investigadores para otras variedades (Favero et al., 2010).
Por el contrario, si consideramos las producciones por hectárea, la mayor densidad de plantación en las espalderas hace que sus producciones sean mucho mayores salvo en el caso de O Salnés en 2010 cuando no se encontraron diferencias significativas. Esto permite inferir que, comercialmente, las espalderas son una opción muy recomendable para el manejo de viñedos de Albariño ya que la producción final es mayor y las acciones agrícolas pueden ser mecanizadas, reduciendo así los costes de producción. Sin embargo, observando los datos obtenidos, la variabilidad interanual de la producción parece tender a ser más estable en las parras que en las espalderas.
Estos resultados nos permiten inferir que las altas producciones de las parras provocaron un ligero retardo en la maduración de las uvas en comparación con las de las espalderas. De hecho, esta mejora en la maduración ha podido estar causada por una mejor disposición de los racimos para interceptar mayor cantidad de radiación solar. Sin embargo, la falta de medidas de superficie foliar activa en ambas conducciones dificultan la interpretación de nuestros resultados.
En cuanto a la acidez total, los mostos de O Rosal presentaron valores más elevados de este parámetro cuando provenían de parras que cuando lo hacían de espalderas (Tabla 2). Esta diferencia, aproximadamente 1 g/L, no es significativa pero podría indicar una tendencia a una menor acidez en las espalderas. La misma tendencia se observó en la subzona de O Salnés; sin embargo, la diferencia fue menor, 0,6 g/L (Tabla 2).
Conclusiones
Estos resultados preliminares sugieren que, comercialmente, las espalderas son una opción muy recomendable para el manejo de viñedos de ‘Albariño’ en estas dos subzonas ya que la producción final ha sido mayor y las acciones agrícolas pueden ser mecanizadas, reduciendo así los costes de producción.
Los autores agradecen a Eulogio Pomares Zárate e Hijos S.L. (O Salnés) y a Lagar de Fornelos S.A. (O Rosal) el haber facilitado sus plantaciones para realizar esta investigación. J.M. Mirás Avalos agradece a la Xunta de Galicia la financiación de su contrato dentro del marco del programa ‘Isidro Parga Pondal’.
- Díaz Losada E., Orriols Fernández I., Rego Martínez F., Tato Salgado A., Ramos Cabrer A., Pereira Lorenzo S. 2011. A colección de vides da Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia. Ed. Xunta de Galicia. Consellería do Medio Rural. Santiago de Compostela. 383 págs.
- Favero A.C., de Amorim D.A., da Mota R.V., de Souza C.R., Regina M.A. 2010. Physiological responses and production of ‘Syrah’ vines as a function of training systems. Scientia Agricola 67: 267-273.
- Gladstone E.A., Dokoozlian N.K. 2003. Influence of leaf area density and trellis/training system on the microclimate within grapevine canopies. Vitis 42: 123-131.
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