Ropa militar: entre la imagen y la prevención de riesgos laborales
Redacción Jobwear05/02/2015
Si hay un mercado específico que exige y merece innovación textil es el de las fuerzas armadas. Los militares necesitan uniformes ligeros y duraderos repletos de características avanzadas para satisfacer las necesidades propias de este colectivo, integrado actualmente por hombres y mujeres. Se necesita protección y confort, binomio que no tiene porqué estar reñido con la estética.
Un uniforme es un conjunto estandarizado de ropa usado por miembros de una organización mientras participan en la actividad de ésta. Sea ropa militar de gala o de campaña, se trata de ropa corporativa que ha de transmitir una buena imagen corporativa, que se infiere directamente del aspecto estético. La batalla se libra pues en confeccionar ropa funcional y que transmita un aspecto impoluto durante el mayor tiempo posible. Es hacer compatible, por ejemplo, la refriega en un ejercicio táctico y, acto seguido, pasar revista o desfilar ante la superioridad, haciendo ambas actividades con el mismo uniforme de campaña.
La multifuncionalidad de la ropa militar está motivada por tres factores: el usuario (pide confort y prestaciones), el servicio (supone diferentes condiciones y entornos), y la uniformidad (trata de ofrecer una imagen homogénea, a la vez que cuidada).
La mejora en los uniformes está impulsada por las exigencias de los usuarios, así como por los avances en campos como la nanotecnología y los ‘textiles inteligentes’. El tejido empleado ha de ser multifuncional para atender diferentes facetas de protección: balística, explosión, llamas, productos químicos, agentes biológicos, pinchazos, insectos, lluvia, frío, radiación ultravioleta y calor extremo.
Dicho de otro modo, los nuevos trajes de combate deben ser ignífugos, impermeables, auto-limpiables con luz solar, antimicrobianos y, además, el tejido deberá tener propiedades antiestáticas. Se valora también su comodidad y su buena imagen, características que evitan el rechazo que a veces producen las prendas de seguridad en los usuarios, así como una larga vida útil, debido al elevado coste de este vestuario.
Revestimientos repelentes del agua y líquidos peligrosos, fibras bi-componente extruidas, fibras de sección cruzada, textiles con electrónica integrada, nanofibras electro-hiladas, o laminados y membranas transpirables, impermeables y cortavientos son sólo algunas de las tecnologías que encontramos en las últimas generaciones de ropa de uso militar.
La protección contra la suciedad, las manchas y los agentes químicos es de gran utilidad en la vestimenta de colectivos profesionales, como por ejemplo hostelería, industrias petroquímicas y químicas y uniformes de personal que trabaja cara al público. En este sentido, cabe destacar la gran aceptación por parte de empresas que producen uniformes con destino a las fuerzas armadas y cuerpos policiales.
Teflon® (DuPont), es un tratamiento que protege los tejidos contra el agua, las manchas y el polvo, evita que los líquidos penetren en el tejido, reduce el mantenimiento y alarga la vida del artículo final. Las prendas tratadas con Teflon gozan de una protección perdurable y se pueden lavar en lavadora o en seco.
Este tratamiento, que lleva varias décadas en el mercado europeo, puede aplicarse a una gran variedad de tejidos a la plana, de género de punto y otros de diferentes fibras, como son lana, algodón, seda, lino, sintéticas, y sus mezclas con aplicables a todo tipo de prendas. Teflon es invisible, por lo que no afecta al color ni al tacto. Se adhiere alrededor de cada fibra sin alterar la transpirabilidad. Tampoco puede detectarse mediante la vista, olfato o tacto. En los tejidos tratados, el agua o el aceite permanecen sobre la superficie del mismo sin llegar a penetrar gracias a la barrera del compuesto fluoro-químico. Dicho de otro modo, el acabado repelente hace que los líquidos resbalen por los tejidos, lo que evita los frecuentes lavados y prolonga la vida de las prendas.
¿Queréis leer el artículo completo?
Un uniforme es un conjunto estandarizado de ropa usado por miembros de una organización mientras participan en la actividad de ésta. Sea ropa militar de gala o de campaña, se trata de ropa corporativa que ha de transmitir una buena imagen corporativa, que se infiere directamente del aspecto estético. La batalla se libra pues en confeccionar ropa funcional y que transmita un aspecto impoluto durante el mayor tiempo posible. Es hacer compatible, por ejemplo, la refriega en un ejercicio táctico y, acto seguido, pasar revista o desfilar ante la superioridad, haciendo ambas actividades con el mismo uniforme de campaña.
La multifuncionalidad de la ropa militar está motivada por tres factores: el usuario (pide confort y prestaciones), el servicio (supone diferentes condiciones y entornos), y la uniformidad (trata de ofrecer una imagen homogénea, a la vez que cuidada).
Basados en tejidos técnicos
La mejora en los uniformes está impulsada por las exigencias de los usuarios, así como por los avances en campos como la nanotecnología y los ‘textiles inteligentes’. El tejido empleado ha de ser multifuncional para atender diferentes facetas de protección: balística, explosión, llamas, productos químicos, agentes biológicos, pinchazos, insectos, lluvia, frío, radiación ultravioleta y calor extremo.
Dicho de otro modo, los nuevos trajes de combate deben ser ignífugos, impermeables, auto-limpiables con luz solar, antimicrobianos y, además, el tejido deberá tener propiedades antiestáticas. Se valora también su comodidad y su buena imagen, características que evitan el rechazo que a veces producen las prendas de seguridad en los usuarios, así como una larga vida útil, debido al elevado coste de este vestuario.
Revestimientos repelentes del agua y líquidos peligrosos, fibras bi-componente extruidas, fibras de sección cruzada, textiles con electrónica integrada, nanofibras electro-hiladas, o laminados y membranas transpirables, impermeables y cortavientos son sólo algunas de las tecnologías que encontramos en las últimas generaciones de ropa de uso militar.
Teflon, aliado de la mejor imagen corporativa
La protección contra la suciedad, las manchas y los agentes químicos es de gran utilidad en la vestimenta de colectivos profesionales, como por ejemplo hostelería, industrias petroquímicas y químicas y uniformes de personal que trabaja cara al público. En este sentido, cabe destacar la gran aceptación por parte de empresas que producen uniformes con destino a las fuerzas armadas y cuerpos policiales.
Teflon® (DuPont), es un tratamiento que protege los tejidos contra el agua, las manchas y el polvo, evita que los líquidos penetren en el tejido, reduce el mantenimiento y alarga la vida del artículo final. Las prendas tratadas con Teflon gozan de una protección perdurable y se pueden lavar en lavadora o en seco.
Este tratamiento, que lleva varias décadas en el mercado europeo, puede aplicarse a una gran variedad de tejidos a la plana, de género de punto y otros de diferentes fibras, como son lana, algodón, seda, lino, sintéticas, y sus mezclas con aplicables a todo tipo de prendas. Teflon es invisible, por lo que no afecta al color ni al tacto. Se adhiere alrededor de cada fibra sin alterar la transpirabilidad. Tampoco puede detectarse mediante la vista, olfato o tacto. En los tejidos tratados, el agua o el aceite permanecen sobre la superficie del mismo sin llegar a penetrar gracias a la barrera del compuesto fluoro-químico. Dicho de otro modo, el acabado repelente hace que los líquidos resbalen por los tejidos, lo que evita los frecuentes lavados y prolonga la vida de las prendas.
¿Queréis leer el artículo completo?
