¿Es obligatoria la protección de la madera?
24 de febrero de 2012
Estas preguntas tienen respuesta y es clara. Existe, al respecto, una normativa vigente y concisa, el Código Técnico de la Edificación (CTE), aprobado mediante el Real Decreto 314/2006 y sus posteriores modificaciones. En concreto, en el capítulo 3 del Documento de Seguridad Estructural de Madera (DB-SEM) del CTE se especifica en qué circunstancias la madera de uso estructural, debe recibir un tratamiento: “aquella que se incorpora a una edificación y que estará sometida a acciones o cargas permanentes, debe recibir un tratamiento en función de la clase de uso en la que se ubique el elemento”.
En primer lugar, resulta fundamental que se identifique para cada elemento de madera que se integra en una obra la clase de uso correspondiente según la norma EN 335, ya que de esta clasificación depende el grado de humedad que alcanzará o puede alcanzar la madera durante su vida de servicio, así como los ataques biológicos asociados (hongos cromógenos, hongos de pudrición, anóbidos, cerambícidos, termitas, etc.).
Se ha de fomentar la búsqueda de un adecuado diseño constructivo, con el objetivo de evitar acumulaciones de agua y, en caso de no poder eludir este hecho, que existan por un lado, una aireación adecuada que evite condensaciones, y por otro, vías de evacuación para el agua, para que este proceso ocurra con la mayor rapidez posible. Se trata, en definitiva, de proyectar los elementos constructivos para minimizar el riesgo de ataques biológicos, consecuencia de una humectación excesiva del material.
Por otro lado, cabe señalar que existen exposiciones y especies de madera que poseen una baja durabilidad natural, aspecto o característica intrínseca de la madera que se define según los estándares de la norma EN 350. En estas situaciones resulta imprescindible la realización de un tratamiento de la madera mediante el uso de protectores biocidas, denominados TP 8, aptos para la madera, aspecto que puede consultarse en la norma EN 460 que relaciona la clase de uso designada para el elemento de madera y la durabilidad frente al riesgo biológico, obteniendo como resultado la información necesaria para decidir si se debe aumentar esta durabilidad natural de la madera mediante el tratamiento químico.
En caso de realización del tratamiento (protector y preventivo) debe controlarse la penetración del tratamiento (como se especifica en la norma EN 351) y la retención de materias activas (biocidas) que presenta la madera tratada, gracias a los procesos de fijación de estos productos químicos TP 8. Estos datos, que fundamentan la calidad de un tratamiento, han de ser facilitados siempre por el fabricante, tras la superación de los ensayos definidos en la norma EN 599.
Grandes avances
Dentro del sector de la protección de la madera se están realizando grandes avances científicos como la madera modificada, nuevo concepto de tratamiento preventivo en ausencia de biocidas, buscando evitar el uso de productos químicos en aras de un mayor respeto, si cabe, hacia el medio ambiente. Ejemplo de estos nuevos sistemas de protección son los que se están llevando a cabo en obras de Europa y España como la madera termotratada, la madera acetilada y otros.
En la actualidad, Aneproma está efectuando un importante trabajo dentro del Comité Técnico de Normalización 56 (madera y corcho) de Aenor, concretamente en el subcomité 4 ‘Protección de Madera’, para desarrollar los cambios normativos que mejoren y optimicen el tratamiento protector de la madera de uso estructural y que serán, en un futuro próximo, incorporados a las disposiciones legales del Código Técnico de la Edificación.
Además, debido a que el campo de aplicación de la madera es muy amplio, por la multitud de productos y de exposiciones que puede tener, citando, por ejemplo, desde una puerta de interior o un mueble, hasta madera en contacto con el suelo, bajo agua dulce, agua salada, etc., se ha comenzado la normalización de dos exposiciones más, las referidas a madera de uso para carpintería, en la que se fijarán las especificaciones adecuadas para una protección química exitosa y madera de clase de uso 4 o madera agrícola, cuyos requisitos serán muy similares a los de la madera en contacto con el suelo y/o agua dulce.
Aneproma pretende identificar toda la tipología de exposiciones de riesgo que generen potenciales problemas en el uso de madera, con el fin de estandarizar y normalizar su tratamiento y obtener, como resultado, el adecuado comportamiento de la madera en servicio.
Como resumen, se recuerda que en los tratamientos de madera debe controlarse la penetración y retención del producto protector, en función de la clase de uso en la que se encuentra la madera y la especie de madera elegida, pues no todas las especies pueden ser impregnadas y utilizadas para todas las clases de uso.
Aneproma, como asociación líder y referente de los tratamientos protectores de la madera, ha estado, está y estará siempre a disposición de los técnicos y cualquier agente implicado en la prescripción de madera, para la solución de cualquier tipo de duda, apostando claramente por el tratamiento de calidad, así como el empleo de durabilidades correspondientes a cada clase de uso, en aras de una optimización en la utilización de este noble y natural material.
Desde Aneproma se comenzó en el año 2009 una iniciativa denominada 'Tour de Aneproma', consistente en la realización de jornadas técnicas, mediante las que se ha propuesto llegar a todos los Colegios profesionales de las distintas Comunidades Autónomas con el fin de facilitar, informar y formar a los prescriptores, empresarios y Administración Pública de la necesidad de conocer la normativa actual vigente para edificación y rehabilitación. Hasta la fecha se han visitado las Comunidades Autónomas de Extremadura, Asturias, País Vasco, Navarra y Baleares, y para el próximo mes de mayo está prevista la visita al Colegio de Arquitectos de Sevilla.