La cafeína pertenece al grupo químico de la
xantina y actúa bloqueando los receptores de la
adenosina neurotransmisora, que está relacionada con la aparición del sueño
La química de la cafeína
La
cafeína es la sustancia psicoactiva más popular del mundo, ya que ninguna otra puede igualar su alcance y su grado de aceptación. Esta “droga” está tolerada legal y culturalmente en todas las sociedades del mundo. Sus fuentes más comunes, el
café y el
té, son enormemente populares. Si a eso le añadimos todas las bebidas gaseosas con cafeína que existen, queda claro por qué la cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida del mundo.
Probablemente la mayoría de los seres humanos se encuentren bajo la influencia de la cafeína la mayor parte del tiempo. Pero el té y el café son dos cócteles químicos complejos, que pueden ofrecer beneficios inesperados para la salud…
Los restos hallados de las primeras civilizaciones agrícolas (alrededor del 10.000 a. C.) demuestran que el café fue uno de los primeros cultivos que se implantaron. Siempre se ha valorado la cafeína: en 1475 la legislación turca convirtió en motivo de divorcio la incapacidad de un marido de ofrecer suficiente cantidad de café a su esposa.
En 1819 el químico alemán Friedrich Ferdinand Runge fue el primero en aislar la cafeína del café. La cafeína es un alcaloide que estimula el sistema nervioso central. La cafeína pura es una droga moderadamente potente que a veces se administra como anfetamina. En pequeñas dosis, como son los 150 mg que suele contener una taza de café filtrado, aproximadamente, aumenta el nivel de atención y favorece el estado de vigilia. Sin embargo, la cafeína también acelera el ritmo cardíaco y respiratorio, y fomenta la producción de orina. En dosis más altas, provoca nerviosismo y ansiedad, y a partir de los 10 gramos, es letal para el ser humano.
En pequeñas dosis, la cafeína aumenta el nivel de atención y favorece el estado de vigilia
La cafeína pasa al torrente sanguíneo a través del estómago y el intestino delgado, y sus efectos comienzan a notarse al cabo de sólo 15 minutos de su consumo. Una vez que entra en el cuerpo, la cafeína permanece en él durante horas: se tardan unas 6 horas en eliminar la mitad de la cafeína consumida.
La cafeína pertenece al grupo químico de la xantina. La cafeína actúa bloqueando los receptores de la adenosina neurotransmisora, que suele tener una acción inhibidora y está relacionada con la aparición del sueño. También eleva los niveles de dopamina y estimula la segregación de adrenalina, una hormona de lucha o huida. La cafeína también actúa en otros puntos del cuerpo, de forma que incrementa el ritmo cardíaco, constriñe los vasos sanguíneos, relaja las vías respiratorias, mejora la respiración y hace que algunos músculos se contraigan más fácilmente.
Se tardan unas 6 horas en eliminar la mitad de la cafeína consumida
Uso del café como pesticida
El café puede ser también un repelente de los caracoles y las babosas respetuoso con el medio ambiente. Los jardineros saben desde hace tiempo que los cultivos de café pueden ahuyentar a las babosas, supuestamente por su aspereza; sin embargo, el simple vertido de una jarra llena de café (frío) sobre la base de los rosales quizás sea una solución más permanente. La cafeína actúa como una potente neurotoxina para estas plagas viscosas, según aseguran los científicos el Departamento de Agricultura de EE.UU. en Hawai.
Dado que no está permitido utilizar ningún sistema químico convencional de control de babosas y caracoles, hay que recurrir urgentemente a una solución alternativa. La fumigación de cafeína en una concentración del 1-2 por ciento ha resultado ser una solución efectiva para la eliminación de los bichos. Sin embargo, se trata de una disolución bastante concentrada (una taza de café instantáneo contiene alrededor de un 0,05 por ciento de cafeína) y podría llegar a dañar la flora. Afortunadamente, con la concentración que contiene una taza de café, las babosas parecen perder su apetito, por lo que supone un método eficaz de protección de las plantas.
El café puede ser también un repelente de los caracoles y las babosas
Café y memoria
Algunos estudios sugieren que, aunque una taza de café humeante puede ayudar a despertarse por la mañana, es posible que afecte a la memoria a corto plazo. En una investigación llevada a cabo para determinar los efectos de la cafeína sobre las personas que sufren un trastorno del lenguaje denominado afasia, los investigadores demostraron que las personas que habían recibido una dosis de 200 mg de cafeína (equivalente a dos tazas de café bien cargadas) tuvieron más problemas para encontrar la respuesta correcta que las personas a las que se les había administrado un placebo. Los investigadores del Trinity College de Dublín han sugerido que la cafeína puede mejorar la atención cerrando algunas conexiones cerebrales.
A la inversa, algunos estudios recientes han descubierto que los tes verdes y negros inhiben la actividad de ciertas enzimas básicas del cerebro asociadas a la memoria. El trabajo puede conducir al desarrollo de un nuevo tratamiento del mal de Alzheimer, ya que parece que el té tiene el mismo efecto que los fármacos diseñados para aliviar sus manifestaciones.
El mal de Alzheimer está relacionado con la existencia de unos niveles bajos de una sustancia química llamada acetilcolina en el cerebro, y los científicos han descubierto que tanto el té verde como el té negro inhiben la actividad de la enzima acetilcolinesterasa (AChE), que descompone dicha sustancia química esencial. También han descubierto que ambos tipos de té inhiben la actividad de una segunda enzima, denominada butirilcolinesterasa (BuChE), que se ha encontrado en diversos depósitos de proteínas (placas) hallados en el cerebro de los pacientes de Alzheimer.
Células de té: crema solar y panacea
¿El té puede mejorar el sistema inmunológico humano? Según un estudio de la
Escuela Médica de Harvard y la
Universidad de New Hampshire, la respuesta es afirmativa. El té contiene unas sustancias químicas llamadas antígenos alquilaminas, que están presentes en algunas bacterias, en las células cancerígenas, en los parásitos y en los hongos. El consumo de té expone a nuestro sistema inmunológico a la acción de estas sustancias químicas y contribuye a combatir las infecciones.
Los antígenos de alquilamina estimulan la producción de las bien llamadas células T gamma delta, que forman la primera línea de defensa de nuestro organismo contra las infecciones. En las pruebas realizadas con infecciones simuladas, las células T se multiplicaron en el organismo de los consumidores de té y segregaron sustancias químicas para combatir las enfermedades. También se descubrió que, en comparación con ellos, los consumidores de café no muestran una respuesta mejorada.
Los estudios previos sobre los beneficios del té para la salud se habían centrado en las propiedades antioxidantes de algunos de sus constituyentes. Los antioxidantes destruyen los radicales libres del cuerpo, a los que se considera responsables de la degradación del ADN celular.
Según sugieren diversos estudios presentados en una reunión de la Sociedad Americana de Química el año pasado, el té también puede ayudar a bloquear la acción perjudicial de la radiación ultravioleta sobre la piel. De hecho, el té es una crema solar bebible, aunque para conseguir el mismo efecto por vía oral, habría que beber un mínimo de 10 tazas de té al día.
El efecto protector procede de los polifenoles del té, que pueden impedir el desarrollo de los cánceres de piel no melanómicos.
El filtro solar evita que la piel absorba la radiación UV de la luz solar, pero los polifenoles –que se encuentran tanto en el té verde como en el negro– actúan tras la exposición al sol mediante la inhibición de una conexión química en la que participa una enzima llamada JNK-2, que desempeña un papel importante en el desarrollo de los tumores. Los niveles de JNK-2 en la piel aumentan con el grado de exposición a la luz solar y se mantienen en cotas elevadas cuando la piel recibe dosis excesivas de radiación solar. Cuando los niveles de JNK-2 se mantienen en cotas elevadas, es más probable que se desarrolle un cáncer de piel.
El consumo de té contribuye a combatir las infecciones
Los estudios han demostrado que la aplicación tópica del té con polifenoles bloquea la formación de JNK-2 y puede resultar un ingrediente muy útil en la formulación de filtros solares. Curiosamente, la puesta en remojo en té frío siempre ha sido una forma de conseguir un falso bronceado instantáneo, aunque poco duradero.