En la almazara con...
Consoli Molero: valor añadido en una cooperativa
Consoli Molero no es una maestra al uso. El premio recibido el pasado año como Maestra de Molino 2018 es un reconocimiento que va mucho más allá de su labor en el patio de la almazara. Es ese el motivo por el que queríamos comenzar esta nueva sección de entrvistas visitando COLIVAL, una de las cooperativas que más reconocimiento ha ganado en los últimos años, por la calidad de sus aceites y por sus campañas de lanzamiento. Buena parte de responsabilidad la tiene su gerente y maestra Consoli Molero. Gracias a una junta rectora y un equipo totalmente comprometidos con el proyecto, ha sabido sacarle el máximo partido a la labor realizada en una cooperativa rodeada de viñedos. Valdepeñas también huele a aceite de oliva.
Estos últimos meses está obteniendo el reconocimiento a muchos años de trabajo. ¿Qué siente?
Un gran orgullo. Por un lado, por el reconocimiento que supone a los últimos veinte años de trabajo, y, por otro, porque esta cooperativa en un principio no apostaba por mi. Comencé como administrativa en prácticas durante tres meses y cuando me quisieron hacer fija en la oficina tenía a parte de aquella junta directiva en contra. Por el simple hecho de ser mujer. Me pidieron entonces que completara mi trabajo saliendo también al patio de la almazara. Así lo hice, y aunque los principios fueron duros, porque todos mis compañeros eran hombres y porque además era la hija del maestro, lo que empezaron siendo críticas se convirtieron en halagos.
El premio a mejor maestra de almazara significa mucho para mi y para Colival, porque soy la primera mujer en ser reconocida con este galardón, abriéndose la puerta a que el género femenino entre de lleno en el ámbito productor del aceite de oliva.
¿Qué hay detrás? Explíqueme como ha evolucionado COLIVAL...
Una cooperativa está formada por su gente y la voluntad que tengan por cambiar y arriesgarse es lo que puede hacerla evolucionar. Hemos estado mucho tiempo parados, hasta que yo misma vi que con los AOVE que elaborábamos podíamos aspirar a mucho más. Para despegar necesitaba de un buen equipo. Para ello lo primero fue formar una junta rectora de total confianza que apostase por la innovación y que dejase trabajar a la dirección. Ellos nos piden resultados de nuestro trabajo y nosotros buscamos las fórmulas para sacar el máximo rendimiento a nuestros aceites. Para ello formamos y cualificamos a los miembros de la junta rectora, y creamos un equipo fijo en la almazara que no estuviese encasillado en sus funciones.
Para esta campaña han ampliado la bodega. ¿Qué significará esta ampliación de cara al futuro? ¿Tanto para la cantidad como la calidad de los aceites?
Nuestros socios han ampliado de forma significativa la superficie de olivar plantado y eso nos ha obligado a crecer. Eso hizo que en la campaña anterior renovásemos el patio de recepción y que en esta hayamos hecho lo propio con la bodega. Se trata de una inversión a largo plazo para dar cabida a toda nuestra producción de una forma holgada.
¿Seguiremos viendo durante muchos años a COLIVAL como una cooperativa independiente?
Totalmente. Tenemos nuestro proyecto muy definido y eso hace que no nos hayamos planteado en ningún momento estar bajo una cooperativa de segundo grado. Con la junta rectora actual y gracias a nuestra estrategia somos capaces de controlar muy bien nuestros flujos de caja para sacar el máximo beneficio a los aceites que producimos.
El pasado mes de diciembre el ministro de Agricultura, Luís Planas (en el centro), visitaba las instalaciones de Colival.
La influencia de Consoli Molero…
Como maestra de almazara se centró en elaborar un buen aceite y como buena gerente se ha focalizado en crear una marca con identidad propia. ¿Debería ser el modelo a seguir?
Como almazara contábamos con nuestra propia marca de aceite, Sierra Prieta, pero ante el despunte de cooperativas competidoras decidimos dar un paso adelante. Fue entonces cuando, con el beneplácito de junta y de uno de los socios, creamos Valdenvero, una marca Premium que rompía con todo lo que estábamos haciendo hasta el momento. Se pusieron en el mercado tres aceites monovarietales, Arbequina, Picual y Cornicabra, que consiguieron un gran éxito desde la primera campaña. Al año siguiente creamos el Valdenvero Coupage, otro paso más del proyecto de puesta en valor de nuestros aceites. Los socios comprendieron enseguida lo que signicaba y cada vez son más los que se han ido incorporando al proyecto. Y así al tercer año llegó el Valdenvero Organic, después 'Alma de mujer', esta campaña el Hojiblanca y ya tengo en mente el proyecto dentro del plan de marketing para el próximo año. Esa expectativa por cuál será la próxima novedad ha hecho que nuestros socios se 'enganchen' al proyecto, apoyen a la cooperativa en su apuesta por la calidad y se sientan orgullosos de pertenecer a ella.
Algo que ha hecho que Colival se haya ganado un sitio destacado en un municipio vinícola como Valdepeñas…
Es un orgullo para Valdepeñas y para Castilla- La Mancha haber puesto en el mapa a una cooperativa de aceite, en una región vinícola. Por ello, Colival tiene sus puertas abiertas para que almazaras de nuestro alrededor puedan venir a conocer y aprender de los procesos en nuestras instalaciones.
‘Alma de mujer’ une AOVE y a la mujer, dos elementos en boga actualmente, uno por su implicación en la salud y el otro a nivel social. ¿Cómo surgió y cuál es el éxito de este proyecto?
Analizando las marcas de aceite que se lanzaban al mercado y viendo el papel que tenía la mujer en el sector oleícola, llegué a la conclusión que podía ser una buena idea sacar un aceite que diese valor al trabajo realizado por las 235 socias de la cooperativa, que en su mayoría no aparecían por ningún lado. Si además quién normalmente compra el aceite es ella, ¿por qué no involucrarla y que conociese en qué consiste el negocio familiar? Por todo ello, y para homenajear a todas las mujeres que tienen alguna función en la gran cadena de la elaboración del aceite, lanzamos la edición limitada 'Alma de Mujer', un aceite elaborado, desde la recolección al embotellado, por mujeres. Es un proyecto que ha gustado, con mucha repercusión mediática y en el que las socias han respondido. Además las ventas se han disparado y se han agotado las dos campañas.
Los beneficios del aceite de oliva virgen son innegables, pero los AOVE representan solo una pequeña cantidad de las producciones. De cara al futuro, ¿se ha de trabajar en mejorar el resto de aceites o en seguir aumentando el valor de los AOVE?
Hay que trabajar por los aceites de oliva virgen y llevar la cultura de los AOVE al consumidor, para que sepa en todo momento lo que compra. Los primeros en comprobarlo somos nosotros mismos cuando realizamos charlas o catas en la cooperativa. Hay una confusión mayúscula entre el consumidor, que considera que todo es aceite de oliva y no distingue las diferentes categorías. Entonces que sea él que decida qué quiere comprar.
¿En este sentido ayudan las campañas institucionales que se llevan a cabo con personajes famosos?
Todos estamos apoyando a la Interprofesional, esperando que un futuro tenga resultado, pero a fecha de hoy la influencia es mínima. Con las campañas publicitarias actuales no han logrado enganchar al consumidor.
¿Por qué un extranjero sí que está dispuesto a pagar un alto precio por el AOVE y a un consumidor nacional le cuesta más?
El consumidor español es capaz de pagar 18 euros por una botella de vino en un restaurante, que consume en una hora, pero no se plantea comprar una botella de AOVE por 10 euros que le dura todo un mes. Es decir no hemos sabido transmitir la cultura del vino en el mundo del aceite, por eso hay que seguir trabajando con el consumidor. Es un proceso lento, pero a largo plazo y con el trabajo de todos lo conseguiremos.
Gran parte del prestigio que ha conseguido el aceite elaborado por COLIVAL ha sido gracias a los premios, como pasa con tantas otras almazaras. ¿Lo considera justo? ¿Qué valor le da al consumidor?
Si llegamos al lineal y todos los aceites de alta gama tienen premio, al final el consumidor está igual de confundido y no existe diferenciación. Como productor nos hemos de presentar a estos premios porque es señal de apuesta por la calidad, pero se ha de seleccionar muy bien los concursos en los que se participa y amortizar esos premios obtenidos.
Por ejemplo, la campaña lanzada con el Premio a Mejor Cornicabra del Mundo ha hecho que nuestras ventas directas al público se hayan duplicado.
El maestro de molino y su papel en la almazara
Hablemos del maestro de almazara y del reconocimiento de su labor. ¿Cuál es su influencia?
El maestro es el pilar principal de una almazara y el profesional que controla todo el proceso. Eso debe tenerlo en cuenta cualquier junta rectora y gerente de una almazara. Su intervención es fundamental para sacar el máximo partido a los aceites elaborados y, por tanto, influye directamente en los rendimientos de la almazara. Claro y conciso, se le debe dejar trabajar.
En ese camino del reconocimiento, ¿considera que hay instituciones o empresas que están poniendo palos en las ruedas?
Las juntas deberían sentirse orgullosas de sus maestros, fomentar su formación, asociación y reconocimiento de su labor. Por otro lado, las instituciones, al igual que reconocen con títulos a tantas labores profesionales, deberían hacer hincapie en que un oficio como es el de maestro de almazara, que en la mayoría de casos trabaja durante todo el año, sea reconocido curricularmente. Es primordial para ayudar una industria como la oleícola, unos de los pilares de nuestra industria alimentaria.
¿Qué papel está desempeñando en este camino AEMODA?
Ha sido una escuela para muchos maestros, principalmente de fuera de Andalucía, que hemos aprendido mucho a través de sus cursos, publicaciones y consejos. Su labor se ha demostrado como muy importante para poner en valor el trabajo del maestro de almazara y para seguir ganando en visibilidad.
