Los plásticos en la construcción, otra forma de contribuir a la protección climática
Casas sin futuro
Sin embargo, los plásticos tuvieron una muy buena aceptación en el sector de la construcción. En casi todas las casas, debajo de los materiales convencionales como el yeso, la cerámica y el hormigón, se esconde una gran cantidad de productos polímeros. Alrededor de una cuarta parte del plástico que se consume en Alemania se destina, transformado en una gran variedad de productos, a la construcción de edificios y también de infraestructuras, como puentes, carreteras y ca-nales. Los propulsores y las góndolas de las centrales eólicas, las pantallas acústicas de las autopistas y vías férreas y gran parte de las pinturas utilizadas en la construcción son de plástico. También invernaderos, grandes estadios deportivos, vestíbulos de estaciones y galerías comerciales enteras se cubren con planchas transparentes hechas de plástico.
La recesión económica general vivida en Alemania en los últimos años también afectó al ramo de la construcción, el mayor sector productivo del país. Las fu-siones y las insolvencias marcaron la actividad constructora; se aplazaron o cancelaron por completo numerosos proyectos de construcción; el número de licencias de obra disminuyó rápidamente y con él, también, la demanda de productos fabricados con materiales sintéticos. Sin embargo, parte de la demanda estancada o incluso en recesión pudo compensarse gracias al aumento de la cuota de mercado de los plásticos en detrimento de los materiales competidores. Así, aunque la demanda de perfiles de plástico para ventanas experimentó efectivamente un des-censo, la madera y el aluminio sufrieron retrocesos todavía mayores. Hoy en día, las ventanas de plástico son líderes indiscutibles del mercado con una cuota del 55 por ciento, y más de la mitad de ellas se destina a la reforma de edificios antiguos.
El plástico como medida de ahorro energético
La protección térmica es por tanto un tema clave, y los plásticos tienen mucho que decir al respecto. Los aislantes polímeros que se utilizan debajo de los techos y los suelos o en las paredes exteriores e interiores y también los perfiles de plástico de las ventanas y los revestimientos para fachadas son un claro ejemplo de ello. Las tradicionales ventanas de PVC de dos o, como máximo, tres cámaras están dando paso a perfiles de cuatro a seis cámaras con un aislamiento aún más eficaz. La inyección de espuma de poliuretano en las cámaras (que también encontramos como aislamiento en las obras) proporciona una mejora adicional de las propiedades térmicas de los perfiles.
En Alemania y en los países vecinos, los elementos de fachada hechos de plástico aún se utilizan relativamente poco, pero en Europa del Este y en Norteamérica son bastante más habituales. Estos paneles de plástico a menudo se extrusionan añadiendo un elevado porcentaje de polvo de madera, de modo que el plástico uti-lizado sólo hace de matriz. Existen, por ejemplo, paneles aislantes especiales con núcleo de espuma que ofrecen unas propiedades aislantes excelentes, todavía más acentuadas si cabe en el caso de los novedosos elementos de revestimiento con núcleo de espuma de poliestireno de célula abierta. Este material permitiría alcanzar unos niveles de aislamiento muy superiores a los que ofrecen los paneles aislantes actuales con núcleo convencional.
Precisamente en el ámbito de los aislamientos polímeros se espera que en los próximos años se produzca un auténtico cambio de paradigma debido a los avances de la nanotecnología. Según la opinión de la sociedad de químicos alemanes Gesellschaft Deutscher Chemiker (GDCh), en el futuro los polímeros espumados con-vencionales serán sustituidos por espumas nanoporosas, al menos en el ámbito de los aislamientos térmicos, puesto que su conductividad térmica es extremadamente baja. El tamaño ideal de estos poros es de 100 a 150 nanómetros aproximadamente; los poros de las espumas utilizadas actualmente son mil veces más grandes (de 40 a 100 micrómetros). Sólo hay un problema: la teoría ampliamente confirmada por los científicos no se puede poner en práctica porque, según afirma la GDCh, actualmente no existe todavía ningún método adecuado para fabricar espumas nanoporosas.
98 por ciento de aire
Los plásticos en forma de espuma presentan por tanto enormes posibilidades de ahorro y extraordinarios beneficios no sólo para el usuario sino también para el medio ambiente. Alrededor de una cuarta parte de todas las viviendas de Alemania se construyó a finales de los años ochenta. Gran parte de estos edificios no disponen de aislamiento térmico, o el que tienen es muy rudimentario y requieren una cantidad de combustible diez veces mayor que las casas nuevas o bien saneadas. Si se aplicara un aislamiento térmico adecuado en estos edificios entrados en años, se reduciría considerablemente la demanda energética, y en este contexto el plástico espumado es el material indicado: con un solo centímetro de este material se consigue el mismo aislamiento que con 15 centímetros de pared de fábrica convencional o con medio metro de hormigón.
Los perfiles de plástico de las ventanas también contribuyen a reducir el consumo energético. En comparación con las ventanas aislantes corrientes, estas innovadoras ventanas fabricadas principalmente de PVC, con sus perfiles espumados de múltiples cámaras y su triple cristal, reducen dos terceras partes del consumo de fuel oil hasta alcanzar los doce litros de fuel oil por metro cuadrado de superficie de cristal al año. Teniendo en cuenta que el precio medio de un litro de fuel oil es de unos 50 céntimos, esto supone para un acristalamiento de 100 metros cuadrados un ahorro de hasta 1.320 euros al año. Aislar las fachadas con los paneles descritos al principio también reporta grandes beneficios, entre otros que el consumo de fuel oil se reduce como mínimo un tercio.
Objetivos ambiciosos
Ahorro activo con casas pasivas
Las casas pasivas constituyen todavía una excepción, pero los propietarios y constructores de viviendas convencionales también pueden tener un papel activo en lo que a aislamiento térmico se refiere. El "asistente para elementos de construcción" que la empresa BASF presentó a principios de este año en la feria especializada BAU de Múnich puede ser en este contexto de enorme utilidad. Este software, que la empresa describe como "sencillo programa informático para el aislamiento de edificios", contiene varias bases de datos en las que se especifican los materiales aislantes de la empresa química de Ludwigshafen y sus propiedades relevantes en cuanto a ahorro energético. Un módulo de cálculo utiliza estos datos para determinar algunos valores importantes para los distintos elementos constructivos del edificio y para las medidas aislantes, como por ejemplo la transmitancia térmica y el punto de rocío según el reglamento EnEv. Este "asistente" está concebido tanto para los propietarios privados como para los constructores, pero también para distribuidores de materiales de construcción, consultores energéticos y arquitectos. Para utilizar el programa no es necesario tener grandes conocimientos de física constructiva, y gracias a él se puede obtener una visión general de los potenciales de ahorro energético que ofrece un buen aislamiento.