La compañía ha evolucionado en paralelo a las necesidades de la industria
Rierge cumple 65 años
El pasado día 19 de octubre, Rierge celebró la fiesta de conmemoración del 65 aniversario de la fundación de la empresa. “Realmente fue un 14 de octubre de 1954. Tres amigos —Santiago Riera, Andreu Erra y Genis; de ahí el nombre de Rierge— decidieron emprender una actividad industrial. Si bien Genis dejó pronto la aventura, continuaron Riera y Erra, que también es como se les conocía en un principio, pero continuaron con la denominación Rierge para el futuro”, explican desde la empresa.
La historia de una compañía referente
En los primeros años, la actividad industrial de Rierge se centró en la fabricación de partes de motocicletas, que era la industria que predominaba en esos años en la provincia de Barcelona, con múltiples marcas: Derby Bultaco, Montesa y Rieju, entre otras. De hecho, Riera y Erra se conocieron trabajando en la Derby.
En aquella época, también fabricaron las primeras transpaletas a motor, unos artilugios para el transporte interno de fábrica de cajas y bultos, a los que adaptaron un motor.
A principios de la década de 1960 y de la mano de un amigo de la empresa Mena & Claramunt, se introdujeron en el sector de la madera, cuyas máquinas necesitaban entonces de aspiración para poder trabajar correctamente. Así, empezaron a fabricar sistemas de aspiración centralizada y, con el tiempo, fueron incorporando nuevos productos: aspiradores portátiles, cabinas de pintura, calderas de biomasa, evacuadores de silos…
En el mes de marzo de 1985, fallece Andreu Erra Fabregat, y en diciembre de 1986, la familia Riera compra a la familia Erra las acciones de la compañía. A partir de esta fecha, la sociedad pasa a ser gestionada por la familia Riera.
Para entonces, la empresa tenía sus instalaciones en un solar que se había ido edificando según las necesidades y que contaba con diversas edificaciones separadas.
Rierge cambia de domicilio y, a principios de 1987, se traslada a una nueva nave industrial que facilita el proceso de fabricación, ya que se trata de una sola edificación diáfana, con puente grúa y más adecuada para una actividad industrial. “Aprovechando los cambios habidos en esos años, nos planteamos una nueva orientación empresarial apostando por la tecnología e iniciamos la fabricación de centros de mecanizado a control numérico”, explican desde la empresa.
La incorporación de nuevos miembros y la apuesta por la tecnología hacen que, al cabo de un tiempo de compaginar las dos actividades, progresivamente se vaya apostando más por la fabricación de maquinaria a control numérico. Desde ese momento, la empresa no ha dejado de crecer. En el año 2000, inauguró la planta de Martorelles, de 1.000 metros cuadrados, destinada al ensamblaje de los centros de mecanizado a CNC. En 2014, se amplió la Planta II en 600 metros cuadrados para ubicar la sección de pintura, almacén de componentes, oficinas comerciales y un espacio showroom.
Rierge hoy
En enero de 2019, la Planta II se amplió en 500 metros cuadrados para poder ubicar en ella la sección de calderería, liberando así espacio de la Planta I para que la sección de mecanizado pueda disponer del espacio suficiente para poder albergar los nuevos centros de mecanizado adquiridos para la producción de piezas y componentes para el proceso productivo de las máquinas.
“Y aquí estamos, ya han pasado 30 años desde ese cambio de rumbo que realizamos y 65 años desde la fundación. Cada día estamos más consolidados en el mercado nacional e internacional, con delegación propia en Brasil, desde donde se da servicio a diferentes países de Sudamérica. Hoy disponemos de una gama muy extensa de productos adaptados a cada sector, tenemos soluciones para el sector de la madera, plásticos, automóvil, aeronáutico, aluminio, ferroviario, líneas y máquinas específicas para la alta producción de puertas e innumerables máquinas para fines especiales como, por ejemplo, culatas de escopetas o cajas de vino.
Ver entrevista a Santi Riera, director general de Rierge