Entrevista a Nathalie Gidrón, arquitecta y paisajista de Barbarela Studio
16 de septiembre de 2011
En general, ¿qué se entiende por paisajismo, sobre todo urbano, desde Barbarela Studio?
El paisaje es todo lo que vemos y casi todo ha sido transformado por la mano del hombre. Por lo tanto, podemos hallar paisajes más naturales, agrícolas, industriales, urbanos…y todos ellos son paisaje.
En consecuencia, por paisajismo se entiende la disciplina que desarrolla proyectos en cualquiera de estos lugares y, en función de su naturaleza, se propondrán intervenciones de mayor o menor complejidad con la colaboración de diversos expertos.
Por citar un ejemplo, no es lo mismo la recuperación de un espacio natural que el proyecto de un parque en la ciudad. En el primero, se incluiría un equipo en el que participarían ecólogos y biólogos, mientras que en el segundo probablemente no harían falta.
En Barbarela Studio nos interesa mucho el espacio público que pertenece al paisajismo urbano. Nos preocupa primero como ciudadanos y por eso lo abordamos especialmente desde el estudio.
Y en su opinión, ¿cómo debería ser ese espacio público?
De mucha calidad. Básicamente, debería animar a que los ciudadanos lo usen y disfruten cuanto más mejor. Esta calidad concierne al diseño del espacio, el mobiliario urbano, la iluminación, los elementos naturales (vegetación, agua, tierra...), el aprovechamiento energético (circuito de agua, placas solares, materiales reciclables, reversibilidad de los proyectos, etc.) y, por supuesto, mucha innovación.
Aunque se trata de una disciplina bastante nueva, ¿cree que se conoce lo suficiente el paisajismo o todavía hay cierta confusión al respecto en nuestro país?
En realidad, el paisajismo sigue siendo una disciplina indefinida en España. En función del país abarca diversas tareas, por eso se trabaja para unificar criterios a nivel comunitario.
En estos momentos, a nivel profesional se empieza a observar una demanda de colaboraciones con otros técnicos como arquitectos e ingenieros, aunque muchas veces no se sabe bien donde está la frontera entre el trabajo de unos u otros. A mí, que soy arquitecta y paisajista, me gusta decir que no existe dicha frontera. Y que cada proyecto requiere equipos provenientes de diversas disciplinas.
Además, tal y como yo lo veo, el director del proyecto tiene que ser un profesional que sepa entender y adaptar las necesidades de todos los expertos al proyecto. El paisajista tiene una formación que le permite ser el director del proyecto, ya que entiende de diseño, construcción, especies vegetales, geología, hidrología, botánica, técnicas de jardinería, estudio del medio, etc.
En general, y en nuestro país, el paisajismo siempre se ha considerado a pequeña escala, por parte de la opinión pública. Una disciplina desarrollada por diseñadores de jardines y espacios públicos ajardinados. Soy de la opinión que falta darle la dimensión que realmente tiene. La gente no suele entender que los paisajistas pensamos y proyectamos playas, ríos, parques, jardines, urbanizaciones, nuevos barrios... en definitiva, nuevos paisajes.
Barbarela Studio se promociona como “una sociedad de arquitectos, paisajistas, e ingenieros fundada en el año 2004”. ¿De qué manera influye esta amalgama de disciplinas en el diseño y desarrollo de un proyecto paisajístico?
Como ya he explicado antes, en función de la complejidad del proyecto intervienen diversas disciplinas. En Barbarela Studio somos arquitectos, paisajistas e ingenieros, pero tenemos una red de colaboradores expertos en otras materias con los que trabajamos a menudo.
En general, y en la creación de un proyecto paisajístico, ¿qué criterios artísticos suelen tener en cuenta?
El arte nos interesa mucho como referencia pero nunca nos planteamos que nuestro trabajo sea artístico. Trabajamos como técnicos, aunque es cierto que nos importa el resultado estético. Siempre intentamos innovar en cuanto a diseño y para ello tenemos que estar informados de todo lo que nos rodea. Y desde luego, debemos estar al corriente de toda vanguardia artística.
A grandes rasgos, ¿qué diferencia un proyecto paisajístico pensado para un espacio público (parques, jardines, plazas) de otro destinado a un emplazamiento privado?
Básicamente, las diferencias varían según la escala y la intensidad.
Los espacios privados están ligados a la intimidad, por lo tanto se trabajan desde las necesidades específicas del cliente. Pueden variar mucho, desde aquellos que se proyectan como lugares de descanso a otros que responden a programas familiares con diversos usos. La escala suele ser mediana o pequeña y la vegetación suele adquirir un papel protagonista.
Sin embargo, los espacios públicos son lugares de muchísima intensidad y generalmente de mayor escala. Aunque cada espacio urbano es diferente los une el hecho de que los disfruta un público general. Por lo tanto, hay que dotar a estos espacios de contenidos diversos que den cabida a todo tipo de gente.
En su opinión, ¿qué peso tienen los criterios sostenibles (poco consumo de agua y luz, elección de unas especies vegetales u otras) en la concepción de un proyecto?
Son fundamentales y necesarios. Algún día será obligatorio, por normativa, que el diseño sea lo más sostenible posible. Ahora todavía es una moda mal entendida.
Al hilo de la cuestión anterior, ¿qué opinión le merecen técnicas como la xerojardinería? ¿Cree que se trata de una ‘moda verde’ pasajera o una jardinería con futuro ante la repercusión del cambio climático?
No creo que la xerojardinería sea una moda verde. Para mí, es una manifestación más que reclaman técnicos y ciudadanos conscientes de la falta de recursos naturales. Y es que la escasez de agua es uno de los problemas más importantes que tenemos en este país.
En unas declaraciones recientes, aseguraba que “no todos los jardines verticales son jardines”. ¿A qué se refería exactamente?
La falta de espacios con vegetación en la ciudad ha generado un boom de los llamados jardines verticales en espacios públicos y privados. Estos jardines la mayoría de las veces son fachadas vegetales, es decir, paramentos verticales recubiertos de vegetación. El resultado es un mural verde que aporta todos los beneficios de las especies vegetales al medioambiente y que a veces puede llegar a considerarse una obra de arte, como la fachada vegetal realizada por Patrick Blank para el Caixa Forum de Madrid.
Pero, ¿deberían llamarse jardines verticales? Un jardín es un espacio diseñado para el placer de los cinco sentidos: visión, oído, gusto, olfato y tacto. En este caso se reduce al placer de la visión y por lo tanto, en caso de llamarse jardín sería contemplativo.
¿Y qué jardín vertical puede ofrecer placer a los cinco sentidos? Aquel en el que además de verse se puedan escuchar los sonidos que generan la fauna o el movimiento de sus plantas, se puedan coger sus frutos, oler sus tallos y flores, rozar sus hojas..., es decir, un jardín que se pueda recorrer y en el que se pueda estar. Son lugares. Y por ende, jardines transitables.
Y ya para acabar, ¿qué ha supuesto para su estudio que su jardín vertical creado para el espacio cultural Las Cigarreras de Alicante haya sido seleccionado en la categoría de Ciudad y Paisaje de los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo 2011? ¿En qué proyectos trabajan actualmente?
Desde que el jardín vertical de Las Cigarreras fue seleccionado en los premios FAD, éste ha aparecido en diversos medios. A raíz de ello, hemos recibido llamadas de algunos estudios de arquitectura para trabajar con ellos. En estos momentos, casi todos los trabajos que estamos desarrollando en materia de paisaje son concursos.