Los desechos de la horticultura almeriense podrían abastecer de energía a 120.000 hogares al año
15 de marzo de 2011
La provincia andaluza de Almería podría convertirse en un futuro en un gran motor energético del Mediterráneo y todo, con la gran ayuda de los desechos y desperdicios de frutas y hortalizas que salen de los cultivos en invernaderos. Así lo determinó recientemente un grupo de investigadores de la Universidad de Almería, encabezados por Ángel Callejón Ferre y J.A. López Martínez, donde establecen que a raíz de ocho cultivos básicos de esta región, pudieran obtenerse hasta un millón de megavatios por hora anuales, lo que traducido a la cotidianidad, nos daría electricidad para unos 120.000 hogares durante todo un año.
Callejón Ferre nos explica que este cálculo se realizó con una ‘bomba calorimétrica’ que ayudó, no solamente a obtener el análisis elemental de sus compuestos químicos, sino que delineó el análisis proximal, es decir, las cenizas, componentes volátiles y carbono fijo que poseen. Igualmente, nos comenta el investigador que se ha calculado el contenido de cloro de cada especie, su composición de cenizas y su fusibilidad.
Este grupo de investigadores españoles, compuesto en su mayoría por ingenieros agrícolas y agroalimentarios diseñó para este estudio, modelos matemáticos de predicción calorífica de biomasa, obteniendo unas estimaciones pioneras en el mundo, según la revista científica ‘Renewable and Sustainable Energy Reviews’, dónde han publicado el estudio.

El equipo afirma que realizar estos experimentos es bastante costoso, por lo cual con los modelos matemáticos de predicción fiable que han creado, se puede ayudar a investigadores de cualquier parte del mundo a trabajar con biomasa. Por ejemplo, estableciendo que repitieron el análisis de cada hortaliza unas 5 veces, se obtuvieron 40 datos entre las 8 especies. Resulta entonces, que existe una relación directa entre los componentes de las hortalizas y su poder calorífico, por lo que si científicos mexicanos o marroquíes que trabajen con las mismas ocho hortalizas en las mismas cantidades, pueden extrapolar precisamente los resultados obtenidos en Almería, utilizando estas fórmulas matemáticas de predicción calorífica y sin gastar tanto presupuesto.

A pesar de que a la energía obtenida por biomasa, aún hace falta resolver el problema de qué resulta contaminante para el medio ambiente, se vislumbra como una importante fuente de energía renovable para el futuro próximo.
“Este estudio era necesario para saber, de una vez y meticulosamente, la calidad de la biomasa procedente de los invernaderos de Almería”, explicó Ángel Callejón. Comercialmente hablando, ya hay varias empresas energéticas que tienen los ojos puestos en este innovador proyecto. Sin embargo, como afirma Callejón, habría que afinar aún más el problema de los altos contenidos de cloro en el tomate, además de venir a ser, por el momento, un impedimento las fuertes inversiones necesarias y los problemas logísticos de abastecimiento. También se ha de tener en cuenta que no todos los cultivos se dan a la misma vez, por ejemplo la sandía y el melón son primaverales, por lo que sus restos sólo pudieran usarse durante el verano y poco más.

Por el momento los residuos de hortalizas están disponibles, la investigación y las ecuaciones matemáticas necesarias también. Sólo quedan por ajustar pequeños detalles técnicos y disponer de la voluntad de las grandes empresas de acometer estas inversiones para poder garantizarle un abastecimiento energético a 120.000 hogares al año, sólo con el resto de las producciones hortofrutícolas en invernaderos.