Xylella: el peligro que sigue acechando el olivar
Por fin se ha comenzado a hablar de Xylella fastidiosa de una forma generalizada en los medios de comunicación. A pesar del sensacionalismo reinante en muchos casos, ha hecho falta que la enfermedad llegase a territorio español para que se comenzase a tomar consciencia de las fatales consecuencias que podría significar su propagación a la península. Los investigadores Juan A. Navas Cortés, Miguel Montes y Blanca B. Landa, del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC), nos resumen las claves sobre la detección del foco de Baleares el pasado año y las medidas de control que se han comenzado a establecer por parte de las CC AA, que bajo la supervisión del Ministerio y la UE, son las instituciones responsables de llevar a cabo las inspecciones para evitar la entrada de Xylella en su territorio.
¿Qué superficie está actualmente afectada por Xylella Fastidiosa en toda Europa?
Durante los últimos 3 años, y hasta el momento, Xylella fastidiosa se ha detectado en cuatro países europeos: Italia, Francia, Alemania y España. En Italia ya afecta a más de 40.000 ha, donde la bacteria está secando plantaciones completas de olivar y está haciendo que el sector pierda millones de euros. En la isla de Córcega, además, se han identificado hasta el momento más de 300 focos, distribuidos ampliamente, y afecta fundamentalmente especies silvestres típicas de la flora mediterránea. Desde que la Organización Europea de Protección de Plantas (EPPO) y la Unión Europea (UE) decretaron la Alarma Sanitaria desde su detección en 2013 la bacteria sigue extendiéndose de forma inexorable y la reciente detección de la bacteria en las islas Baleares ha disparado todas las alarmas.
¿Cómo se detectó en Baleares y qué acciones se aplicaron?
Fue a finales de octubre de 2016 cuando se detectó el primer foco en un centro de jardinería de Porto Cristo y se procedió a realizar todas las acciones que contempla la Decisión de Ejecución (UE) 2015/789. Se trazó un radio de 100 metros para delimitar la zona infectada, donde se eliminaron un total de 1.921 plantas huéspedes de la subespecie diagnosticada (subespecie fastidiosa), y se estableció otro radio de 10 kilómetros para delimitar la zona de contención, en el que se aplicó una malla sistemática de 100x100 m, donde se tomaron muestras de las plantas que presentaban síntomas de la bacteria. A lo largo de tres meses se analizó un gran número de muestras detectándose más de 100 casos positivos no solo en la isla de Mallorca, sino también en las de Ibiza y Menorca.
¿Se trata de diferentes focos?
Totalmente. En tres meses es altamente improbable que la bacteria se extienda por un territorio tan extenso y por diversas islas. Además, se han encontrado subespecies y cepas diferentes de la bacteria, lo que apunta a varias introducciones, y además los síntomas en acebuche y almendro que se asocian con plantas positivas para la bacteria se llevaban observando en la isla desde hace varios años y se atribuían a sequía u otros agentes patógenos.
¿Qué medidas se han puesto en marcha en Baleares para controlar la bacteria?
En Baleares se está contemplando llevar a cabo la combinación de medidas de erradicación o destrucción (arranque) de árboles infectados y medidas de contención, similares a las medidas que están tomando nuestros vecinos italianos y franceses, y que incluyen la monitorización exhaustiva de todo el territorio de Baleares para determinar el alcance de la extensión de la infección y la gama de plantas huésped, la prohibición del movimiento de plantas desde Baleares a cualquier punto fuera de las islas y entre ellas, el estudio de los potenciales insectos portadores de la bacteria para posteriormente controlarlos mediante tratamientos fitosanitarios dirigidos, el estudio de la vegetación circundante que puede servir como reservorio a éstos o a la bacteria.
¿La llegada a la península puede ser cuestión de tiempo?
Las medidas adoptadas hasta el momento pueden ayudar a prevenir la expansión de la enfermedad hacia áreas geográficas vecinas u otros territorios dentro de la península. Por otro lado, a medida que se avance en obtener información rigurosa sobre la diversidad genética de la bacteria y su asociación específica con las especies vegetales cultivadas y silvestres de las islas, y sobre la biología y ecología de los potenciales insectos vectores, se podrá iniciar la búsqueda de alguna medida de mitigación o control de la enfermedad. El peligro seguirá existiendo, pero para evitarlo se deben mantener todas las medidas de vigilancia y control que se establecen en la legislación Europea y los Planes de contingencia Nacional y Autonómicos.
¿Se han puesto en marcha las medidas adecuadas de control en el resto de la Península para evitar la posible entrada de Xylella?
En España son los gobiernos de las diferentes Comunidades Autónomas los responsables de llevar a cabo las inspecciones para evitar la entrada de Xylella fastidiosa en su territorio. Para ello, están llevando a cabo diferentes muestreos y análisis de muestras vegetales para cumplir con la normativa europea. Además, desde 2015 España cuenta con un Plan de Contingencia elaborado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en cumplimiento a las exigencias comunitarias de evitar la entrada y propagación en la Unión Europea de esta bacteria. También se ha creado un Comité de Expertos para combatir la Xylella fastidiosa y contribuir a generar un plan de actuación para hacerle frente, en el que participan los Jefes de servicio de Sanidad Vegetal de Baleares y sus homólogos de varias comunidades autónomas, el subdirector de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y miembros de su equipo, la responsable del Laboratorio Nacional de Referencia de Bacterias Fitopatógenas, además de dos investigadores del CSIC que participamos en proyectos internacionales sobre este patógeno. Entre las diversas actuaciones propuestas a corto plazo se espera intensificar las labores de monitorización del territorio de la Península, sobre todo en las zonas geográficas de mayor riesgo por proximidad a las islas Baleares o ser zonas de mayor comercio de pasajeros y mercancías con ellas.
Se habla mucho del olivar, pero la posible afectación va mucho más allá…
Esta bacteria tiene un gran número de plantas huésped, más de 350. Es capaz de infectar de forma asintomática numerosas especies utilizadas como ornamentales o plantas silvestres, sin causar síntomas visibles en todas ellas. Desafortunadamente en otras especies vegetales cultivadas y forestales causa grandes pérdidas económicas, y es la responsable de importantes enfermedades como, por ejemplo, la Enfermedad de Pierce de la vid, el Enanismo del melocotonero, o la Clorosis variegada de los cítricos (CVC), entre otras. Además, también causa muchas enfermedades denominadas como necrosis marginal o quemazón en diversos Prunus spp. (incluyendo almendro, cerezo y ciruelo), adelfa, arce, café, morera, olivo, olmo, plátano de sombra, varios Quercus spp. (alcornoque, roble y encina), etc.
¿Qué opciones reales existen de encontrar en un periodo corto de tiempo un principio activo para combatir o prevenir la Xylella? ¿O sólo se podrá hablar de control?
Es bien conocido que para esta bacteria no existen aún métodos de control efectivos para controlar las enfermedades que causa y que su erradicación, es decir la eliminación total de la bacteria, solo es operativa en un brote inicial muy localizado, mientras que resulta poco probable que dicha erradicación sea efectiva una vez que se ha establecido en un área, debido a la amplia gama de plantas huésped y de insectos vectores que posee. De momento no existen productos fitosanitarios para combatirla y se está trabajando en la identificación de posibles variedades tolerantes o resistentes. Por el momento, la acción más efectiva en lugares donde la enfermedad está presente son medidas que permitan el control de los insectos vectores ya sean de tipo cultural (eliminando posibles plantas que permiten al vector completar su ciclo biológico) o/y químico (tratamientos insecticidas).
¿El estricto control y una posible reestructuración del sector viverista es uno de los grandes retos?
Los profesionales del sector viverista, y también los agricultores, deben ser un ejemplo para contribuir a evitar la llegada de la bacteria a nuestro territorio. Para ello, deben evitar adquirir cualquier tipo de material vegetal de procedencia dudosa o desconocida, o de centros suministradores que no cuenten con el registro oficial correspondiente. Asimismo, se debería denunciar cualquier vivero que no esté inscrito en el Registro Oficial de Productores, Comerciantes e Importadores de Vegetales (ROPCIV), y que venda material vegetal sin garantizar. Este registro es el que garantiza que los productos vegetales que se ofertan han sido sometidos a los pertinentes controles y tratamientos fitosanitarios, garantizando con ello que las plantas huésped están libres del X. fastidiosa u otro organismo nocivo.