Q108 - Tecnología y equipamiento para la industria química

66 RESIDUOS dos proyectos - se ofrecerán a las ciudades faro para que seleccionen los proyectos de inversión con los que impulsar su economía circular. Otro de los proyectos en los que participa Itene es el proyecto Deep Purple, financiado mediante la acción ‘Bio Based Industries Joint Undertaking’ del programa europeo Horizonte 2020 y que lidera Aqualia. El objetivo de este proyecto es desarrollar una biorrefinería multiplataforma versátil, integrada y flexible para extraer y recuperar compuestos de alto valor añadido de las corrientes de residuos urbanos, Forsu (fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos) y fangos de depuradora, para crear productos de base biológica para sectores como la biocosmética, biofertilizantes, bioplásticos y materiales de la construcción. En el marco de este proyecto Itene ha conseguido, por un lado, la producción de azúcares de segunda generación mediante la optimización del proceso de descontaminación y sacarificación de celulosa recuperada de las aguas residuales, alcanzando rendimientos del 95%. Estos azúcares pueden ser empleados como precursores para la obtención de diferentes productos de alto valor añadido como biofertilizantes o bioplásticos y suponen una ventaja al ser obtenidos a partir de residuos celulósicos, lo que implica un ahorro derivado de la gestión de residuos y una reducción del impacto ambiental. Además, su coste es menor que los de primera generación, los cuales se obtienen del almidón. Por otro lado, la celulosa recuperada del agua residual se ha empleado para la producción de celulosa nanofibrilada (CNF). La CNF posee unas extraordinarias propiedades mecánicas, comparables a las de las nanofibras de carbono, por lo que se pueden emplear como refuerzo para crear bioplásticos. En el marco de este proyecto, Itene ha validado su aplicación en envases, pero podría aplicarse también en otros sectores como la biomedicina, adhesivos, electrónica, automoción o construcción. Para la obtención de la CNF, la celulosa recuperada del agua residual es sometida a un proceso de purificación consistente en tres etapas de refino, lavado y blanqueamiento, para después obtener la CNF a partir de un tratamiento mecánico con un rendimiento en torno al 80%. Una vez obtenidas, las CNFs se han modificado químicamente con el objetivo de compatibilizar las fibras con los polihidroxialcanoatos (PHA). El PHA es un poliéster biodegradable -un tipo plástico- producido por bacterias por fermentación, que puede ser obtenido a partir de biomasa de residuos orgánicos y cuyas propiedades son muy interesantes para sustituir a los plásticos convencionales basados en combustibles fósiles, con algunas limitaciones por su fragilidad y ductilidad, que se mejoran con su refuerzo con las CNFs, además de aportar mejoras en las propiedades barrera del PHA, una de las propiedades clave de los envases para la conservación de los alimentos. Y, por último, el proyecto Biowaste2Pack, financiado por Ivace (Instituto Valenciano de la Competitividad Empresarial), el cual ha permitido desarrollar un proceso de valorización Residuos de naranja, romanescu y Forsu - Biowaste2Pack. Instalación sensor en contenedor – Scalibur.

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