Une a 78 empresas y organizaciones "y generará más de 1.340 puestos de trabajo directos y 6.700 indirectos"
Petronor lidera el Corredor Vasco del Hidrógeno, que invertirá 1.300 millones de euros hasta 2026
Se trata de una apuesta por la industria impulsada por Petronor-Repsol, a la que se incorporan también organizaciones de otros territorios, y que supondrá una reactivación económica, a través del desarrollo de la cadena tecno-industrial de la economía del hidrógeno. El proyecto tendrá una inversión de más de 1.300 millones de euros hasta 2026, y supondrá la generación de más de 1.340 puestos de trabajo directos y 6.700 indirectos, aseguran fuentes del esta plataforma.
El presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra, declaró en la presentación de esta iniciativa que “disponemos de una posición geográfica privilegiada; ocupamos el eje tecno-industrial de una eurorregión atlántica, con el desafío de conseguir peso y protagonismo significativos en el seno de la futura Unión Energética Europea. Y, sobre todo, somos un nodo que articula el eje atlántico y el eje del Ebro en su proyección europea”.
"El conjunto de la sociedad requerirá un mix energético cada vez más sostenible, para hacer así realidad, a su vez, una economía industrial competitiva y sostenible financieramente. Somos parte de un todo porque desde 2015, máxime tras el Acuerdo de Paris, el mundo ha entrado en otro escenario", añadió en otro momento de su intervención López Atxurra.
El Corredor Vasco del Hidrógeno tiene su origen en la decisión estratégica de Repsol de invertir en Euskadi en proyectos que supongan seguir avanzando en la transición energética y conseguir, así, su objetivo de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050. Además, Petronor ha apostado por convertir a Euskadi en un hub del hidrógeno, virando definitivamente hacia una economía productiva verde.
Así, el 22 de febrero se formalizó el consorcio del Corredor Vasco del Hidrógeno que cuenta con la participación de 78 organizaciones: ocho instituciones, doce centros de conocimiento y asociaciones empresariales y 58 empresas.
Este proyecto se basa en una estrategia integral, que incluye 34 proyectos de toda la cadena de valor y pretende ser una palanca para transformar el tejido productivo y conseguir mantener el peso de la industria en nuestra economía. Entre ellos destacan proyectos que tienen que ver con el ‘corazón’ de la economía del hidrógeno, como la instalación de una fábrica de electrolizadores, el desarrollo de la pila combustible, el desarrollo de la hidrogenera (surtidor de hidrógeno) y con las aplicaciones de movilidad desarrollo del autobús y el tren de hidrógeno. Los proyectos que componen la iniciativa se agrupan en:
1.- Producción de hidrógeno renovable y combustibles sintéticos.
2.- Movilidad- Logística de distribución.
3.- Descarbonización de la Industria.
4.- Usos urbanos y residenciales.
5.- Infraestructura.
6.- Desarrollo tecnológico industrial.
20.000 toneladas de H2 renovable al año
El Corredor Vasco del Hidrógeno se desarrollará en dos fases, la primera de ellas ya está en marcha y culminará en 2026. La inversión prevista de 1.300 millones de euros se traducirá en la producción de 20.000 toneladas de hidrógeno renovable al año y evitarán la emisión de 1,5 millones de toneladas anuales de CO2.
La inversión durante estos primeros años se destinará al desarrollo a la producción de hidrógeno renovable, infraestructuras y aplicaciones necesarias para el despliegue del Corredor Vasco del Hidrógeno.
Por un lado, destaca la inversión de 650 millones de euros en producción de hidrógeno renovable con una capacidad instalada de 112 MW, para lo que se construirán tres instalaciones. La primera de ellas de Petronor, que estará en funcionamiento en el año 2022, tendrá 2 MW de capacidad y servirá para alimentar el Parque Tecnológico de Abanto. La segunda instalación de Petronor, EVE y Enagas, que estará en funcionamiento en el año 2024 y ubicada en el Puerto de Bilbao, tendrá 10 MW, y su producción estará destinada a la planta de combustibles sintéticos. La tercera que será para 2025, tendrá 100 MW y servirá para descarbonizar el proceso productivo de Petronor, así como para abastecer las necesidades del propio corredor.
Además, se instalará una planta de fabricación de biogás que, a partir de residuos sólidos urbanos, producirá hidrogeno.
Asimismo, serán necesarios 250 millones de euros para alcanzar la madurez necesaria en el desarrollo tecnológico e industrial a lo largo de la cadena de valor y el desarrollo de los procesos de digitalización industriales imprescindibles para el éxito del macroproyecto.
También se destinarán 50 millones de euros a proyectos de investigación relacionados con las aplicaciones del hidrógeno en movilidad: transporte de pasajeros; mercancías de largo recorrido (tren, aviación, naval); residencial: generación de calor y cogeneración para cubrir las necesidades de edificios comerciales o residenciales; e industria de difícil descarbonización.
Esta primera etapa servirá para sentar las bases de una economía del hidrógeno y obtener los mecanismos tecnológico-industriales que posibiliten su desarrollo. Todo ello, añaden los promotores del corredor, “permitirá alcanzar el objetivo de descarbonización del sector energético al tiempo que genera creación de valor en el sector industrial”.
Foto de familia de parte de los firmantes del acuerdo de constitución del Corredor Vasco del Hidrógeno.
Euskadi: hub del hidrógeno
El tejido industrial vasco, caracterizado por la presencia de importantes compañías cuya huella de carbono puede ser significativamente reducida con la introducción del hidrógeno, es, por tanto, uno de los factores que hacen de Euskadi un lugar privilegiado para el desarrollo de una economía del hidrógeno. De hecho, el territorio vasco “cumple todos los requisitos para convertirse en un referente internacional en hidrógeno”.
Euskadi cuenta con todos los elementos necesarios para desarrollar un ecosistema que gravite alrededor del hidrógeno. Por una parte, tiene el Puerto de Bilbao con experiencia en GNL, y por otra, la refinería de Petronor que será generadora y consumidora de hidrógeno. Además, cuenta con la necesaria malla de gasoductos para el transporte del hidrógeno “y se encuentra en una ubicación inmejorable en una ruta de transporte de mercancías de largo recorrido”.
En un territorio como Euskadi, donde el peso de la industria alcanza el 25% del PIB, la creación de un ecosistema del hidrógeno representa una oportunidad estratégica que permite basar el crecimiento económico en una industria descarbonizada, algo especialmente relevante en un contexto como el actual, marcado por la caída de actividad que ha provocado la pandemia.