Entrevista a Beatriz Lacañina Pedrosa, presidenta de APES

Beatriz Lacañina Pedrosa, presidenta de la Asociación Provincial de Empresarios de Estaciones de Servicio de Sevilla, APES, tiene las cosas claras y las transmite con claridad, pero sin estridencias. La joven empresaria sevillana, integrante de una estirpe familiar con tradición en el sector, explica cuáles son las líneas maestras que pretende aplicar al frente del colectivo empresarial. Por lo que respecta a la transición energética, considera que “el hidrógeno será a largo plazo la energía alternativa que aporte más ventajas, tanto al medio ambiente, como al consumidor”.

Lacañina asumió la Presidencia de APES en octubre de 2018 en una decisión tomada para aportar sangre fresca para adaptar el colectivo a los retos a los que debe hacer frente. No obstante, “el motivo determinante que me animó a dar un paso adelante fue ver el caldo de cultivo tan potente que estaba teniendo lugar en la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, CEEES”.

El principal cambio introducido desde que está al frente de APES “ha sido la profesionalización de la asociación. Desde el principio de mi mandato tuve clara la necesidad de contar con una persona o estructura que gestionara la asociación de la misma manera que gestionamos nuestros propios negocios”.

Soy presidenta de APES desde octubre de 2018. Decidí tomarle el relevo al anterior presidente, Roberto Sáenz, porque la asociación necesitaba sangre nueva, necesitaba cambios de muchos tipos para adaptarnos a los nuevos tiempos.

En este sentido, el motivo determinante que me animó a dar un paso adelante fue ver el caldo de cultivo tan potente que estaba teniendo lugar en la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, CEEES. Un presidente muy preparado, una Junta Directiva con muchas inquietudes y ganas de hacer muchas cosas por las estaciones de servicio de toda España. Me sentí muy identificada con lo que yo quería hacer en APES y decidí unirme a la causa.

Desde mi humilde posición, creo que tengo mucho que aportar a la APES porque soy una persona muy implicada en todo lo que hago. Tengo empatía con los asociados y he sido asociada durante mucho tiempo, por lo que conozco bien las necesidades de las estaciones de servicio.

El hecho de ser mujer y joven tiene mucho que ver con cómo hacemos las cosas ahora. Creo que las mujeres y los hombres, a pesar de tener los mismos derechos, nos somos iguales. Tenemos distintas maneras de trabajar, de enfocar las situaciones y eso se nota en el día a día.

La juventud me da fuerza y empuje, pero nada de eso valdría sin la formación y la experiencia en el sector.

Nuestro sector está viviendo y va a vivir unos tremendos cambios estructurales en los próximos años. Concretamente, en el periodo 2025-2035 vamos a sufrir una transformación total para la que tenemos y debemos estar preparados.

Por ello, el elemento nuclear debe ser la anticipación que, unida a otros factores claves, como la profesionalización, la colaboración, la información y los servicios a los asociados nos servirán para poder adaptarnos a los nuevos escenarios de transformación energética y posicionarnos como elementos esenciales de los futuros y necesarios servicios a prestar a la sociedad y sus ciudadanos.

En estos momentos de cambio, la información es primordial para tomar decisiones adecuadas, y en APES vamos a mantener a nuestros asociados a la cabeza de la información para que formemos parte de esta transformación energética.

En la actualidad, APES representa los intereses de en torno a un centenar de empresarios en la provincia de Sevilla, considerando el cómputo global de sociedades vinculadas a cada asociado a nivel particular, lo que nos otorga una representación de alrededor del 35% del sector a nivel provincial.

El cambio más importante que he realizado ha sido la profesionalización de la asociación. Desde el principio de mi mandato tuve clara la necesidad de contar con una persona o estructura que gestionara la asociación de la misma manera que gestionamos nuestros propios negocios. Es la única forma de dar un servicio de excelencia al asociado. Y con este objetivo entramos a formar parte de FEDEME, la Federación de Empresarios del Metal de Sevilla. Ellos nos proveen de una estructura organizativa que hace que las necesidades de nuestros asociados estén completamente cubiertas y nos ayudan a gestionar el día a día a todos los niveles (relaciones institucionales; Gerencia; Secretaría; Administración; Comercial; Técnico; Legal; Comunicación, etc.).

Gracias a este completo servicio nosotros podemos dedicar tiempo a esa anticipación de la que hablábamos antes y enfocar nuestros esfuerzos en estar al día de toda la información del sector.

Formar parte de APES aporta valor tanto a nivel informativo como a nivel experiencial. Estamos inmersos en un sector muy regulado donde la normativa técnica, laboral y comercial cambia con frecuencia y desde APES estamos informados de todos estos cambios y sus aplicaciones prácticas. Es importante que esta información no se base en el reenvío de un BOE, sino que analizamos y desmembramos la información para que llegue a nuestros asociados de manera útil y práctica. Incluso contamos con un Departamento Técnico que solventa dudas de cada caso concreto.

Gracias a la asociación tenemos la oportunidad de generar un foro de debate con otros asociados y compartir experiencias. Juntos conseguimos depurar nuestra forma de trabajo, nos apoyamos mutuamente en casos y cuestiones que otros han vivido anteriormente y compartimos información que nos hace mejorar cada día nuestras estaciones. Mejoramos como empresarios, como gestores y, por supuesto, también ganamos amigos.

En APES contamos con estaciones abanderadas y libres, pero siempre atendidas. Este modelo de negocio basado en el servicio al cliente tiene como reto principal que nuestros usuarios adviertan la aportación de valor más allá de la bajada de precio de la que pueda disfrutar en una estación desatendida.

Como su propio nombre indica, somos estaciones de servicios donde el servicio al cliente es nuestra razón de ser y cada día debemos analizar cómo evolucionan las necesidades de nuestros clientes y hacer un gran esfuerzo por adaptarnos a ellas. Antiguamente éramos expendedores de carburante y nos hemos ido transformando, aportando valor a través de las tiendas de conveniencia, las zonas de lavado, los supermercados, la paquetería, etc., y a medio plazo comenzaremos a ver otros servicios añadidos.

La principal amenaza a corto plazo son las estaciones de servicio desatendidas y de grandes superficies que no aportan ningún valor más que un simple suministro de carburante, pero que con políticas de precios muy agresivas están haciendo que el sector se tambalee. Al no disponer de personal, no pueden velar por la seguridad del establecimiento, el correcto uso del producto suministrado, por no hablar de la nula atención al cliente cuando necesita asesoramiento o colaboración de algún tipo.

Existe una gran parte de la población que es usuario habitual de nuestras estaciones atendidas porque necesita ayuda en el repostaje (minusválidos), porque tienen dudas acerca de qué lubricante deben usar para su vehículo, porque prefieren que les suministren el carburante personalmente, o porque hacen uso de nuestras instalaciones para ir al baño o tomar un café.

Todos estos servicios dejarían de ser posibles si nuestras estaciones desparecen o pasan a régimen desatendido, así como los puestos de trabajo de las personas que los desarrollan. Por eso es muy importante que luchemos todos unidos por mantener este sector fuerte y aportando un importante servicio a la sociedad.

Nuestra principal fortaleza son las personas. Debemos implicarnos personalmente en la selección, formación y evaluación de nuestras plantillas de trabajadores. Ellos son la cara visible al público, los que atienden con una sonrisa y hacen que la experiencia del cliente sea agradable y positiva. Son nuestra mejor herramienta para luchar contra las estaciones desatendidas.

También contamos con las excelentes ubicaciones de nuestras estaciones, que aportan comodidad en el día a día a nuestros clientes y generan un ambiente familiar y de pertenencia.

La digitalización es una asignatura en la que los asociados están sacando muy buenas notas, cada uno en la medida de sus posibilidades. Existe un interés general por avanzar en este sentido y muchos de nosotros contamos con sistemas de información de alto nivel. Cada vez es más importante manejar los datos de nuestros clientes y conocer a fondo el rendimiento de nuestros negocios, por ello somos exigentes a la hora de elegir el sistema informático con el que vamos a trabajar.

Es muy importante elegir el software adecuado y que se adapte a tus necesidades, que no son las mismas que las de una petrolera o una estación desatendida. Es importante saber elegir a tu proveedor por lo que realmente aporta a tu negocio y no por lo que puedan ser o vender en el mercado generalista.

Dada la dilatada experiencia con la que contamos en el sector y la variedad de software que hemos probado entre todos los asociados, estamos pensando desarrollar el observatorio 2019 para el desarrollo de nuestra teoría y práctica de las patologías de las empresas de software.

Las estaciones de servicio serán, cada vez más, un compendio de servicios y productos de todo tipo, sabiéndonos adaptar a la demanda de nuevas energías alternativas del mercado. Seguirán existiendo durante muchos años surtidores de carburante, pero convivirán con puntos de recarga eléctricos, gasineras de gas natural vehicular e hidrogeneras que suministren hidrógeno, además de contar con multitud de servicios anexos a estos productos.

Cada estación, en función de su tipología de cliente y su ubicación, tendrá que decidir qué productos suministra dentro del amplio abanico de posibilidades. Por supuesto, estas decisiones serán tomadas con un criterio empresarial, a menos que el Estado decida implantar un sistema concreto de movilidad subvencionando dichas instalaciones.

El vehículo eléctrico será un gran protagonista de este cambio en la movilidad porque así lo está queriendo el Estado, que está incentivando su uso con la posible Ley de Cambio Climático. En otros países europeos son otras alternativas, como el gas natural vehicular, las que están a la cabeza del cambio de paradigma energético, con resultados muy positivos en la reducción de CO2. Según los datos que manejamos, el gas natural permite mejorar la calidad del aire en las ciudades, ya que sus emisiones de NO, NO2 y material particulado son casi cero, y baja en un 25% las de CO2, colaborando así a paliar los gases de efecto invernadero.

Existen medidas intermedias antes que prohibir la venta de vehículos con carburantes fósiles, como por ejemplo la renovación del parque móvil, a través de planes de achatarramiento que permitan quitar de la circulación los coches más viejos. Estos planes, defendidos desde las patronales del sector de la automoción en nuestro país, permitirían frenar el actual envejecimiento del parque, cuya edad media nacional se sitúa en los 12,3 años, al tiempo que supondrían un importante impacto en la reducción de emisiones.

No obstante, bajo mi punto de vista, el hidrógeno será a largo plazo la energía alternativa que aporte más ventajas, tanto al medio ambiente, como al consumidor, como a las estaciones de servicio, que seguiremos suministrando de una manera muy similar a la que usamos actualmente con el carburante. El hidrógeno solo necesita algo más de tiempo y mucho apoyo por parte de los Estados miembros a nivel europeo para que se superen los escollos que impiden su uso, como por ejemplo los lobbies energéticos con intereses encontrados.