Nuevo packaging de la cerveza imperial de Costa Rica
El estudio argentino especializado en branding y packaging estratégico Pierini vuelve a demostrar su capacidad para crear nuevas imágenes de marca. En esta ocasión la famosa cerveza costarricense ha sido totalmente renovada gracias a un trabajo minucioso que involucró no solo envase sino también una optimización de su logotipo y una cuidada sistematización de las distintas variedades que Imperial ofrece al mercado. El nuevo layout toma los elementos existentes y los lleva a una nueva dimensión mucho más joven, más impactante, más cálida y cercana a los consumidores.
"Cuando nos convocaron para este proyecto y abordamos la etapa preliminar de investigación nos dimos cuenta de lo importante que es la marca para su gente, el tomar conciencia de que prácticamente se trata de un referente local aumentó considerablemente nuestra exigencia y responsabilidad frente al desafío a encarar. Imperial es una marca con una larga historia, su segmento de consumidores es muy amplio ya que es consumida por distintas edades y diferentes niveles socioeconómicos y sumado a esto, su oferta ha crecido abriéndose a 3 sub variedades: Silver, light y Cero por lo que se debía evaluar una evolución pero también un ordenamiento que le permitiera generar presencia uniforme al conjunto en los puntos de venta”, indicó el diseñador Adrián Pierini, director del estudio y autor del nuevo layout.
En efecto, la problemática era compleja pero los más de 20 años de trayectoria se han hecho valer y pudieron con ella. Se reubicaron los elementos competitivos, se optimizó la gama cromática utilizándola como eje de las segmentación, se mejoró la lectura del logo mediante un ajuste de trazos, bastones y terminaciones y la vedette del conjunto, el águila, fue regenerada trabajando en la expresión del rostro y en los distintos aspectos de su morfología otorgándole una mayor intensidad visual.
El águila, una figura rebosante de contenido emocional
El águila de Cervecería Costa Rica se mantuvo inalterable a través del tiempo y era preciso llevar su morfología y síntesis hacia códigos más actuales. Desde lo funcional, dicha figura también presentaba dificultades ya que sus formas tortuosas y exageración de recursos dificultaba tanto su lectura como su reproducción en formatos reducidos. Hay que recordar que este tipo de identidades de llegada masiva se deben aplicar en todo tipo de soportes (madera, plástico, metal, corcho, etc.) por lo que la limpieza general y la nitidez de los trazos resulta clave.
"A nuestro juicio el águila debía ser optimizada, más aún si tomamos en cuenta el rol protagonista que juega en el layout. Es por todo esto que, además de pulir su aspecto, se realizó un ejercicio sobre distintos rostros, se analizaron diferentes modos de disponer las plumas de su cuerpo y alas y se buscó la mejor forma de lucir sus garras para generar un imaginario de firmeza, seguridad y valor sin emitir un mensaje agresivo”, añadió Pierini.
Un logo más fuerte, de fácil lectura y adaptable a la nueva segmentación entre variedades.
No solo el ícono fue sometido al proceso de renovación sino que la tipografía que conforma la marca fue retrabajada con el mismo objetivo: una modernidad funcional. En efecto, se aplicó cada carácter dentro de una grilla que permitió modular su distancia y se redujo la complejidad de los trazos. Paralelamente a esto, se engrosaron los bastones y se modificaron morfologías claves en la acción de reconocimiento y lectura como las curvas de la letra A y los rasgos de la letra inicial. Estos retoques, para nada sutiles, posibilitó aumentar su tamaño dentro del layout y generar el espacio ideal para la ubicación del nombre de la variedad bajo su paraguas.
Un sistema de segmentación eficaz basado en colores bien diferenciados
Una vez establecido el layout y redefinidos logotipo e iconografía se procedió a la optimización de la diferenciación y reconocimiento de las distintas variedades. El diseño troncal cuenta con dos áreas bien identificables, una superior, de color amarillo, que es común a toda la línea y porta la imagen del águila y otra inferior, de color rojo, sobre la cual descansa la marca. Es en esta última que precisamente Pierini basó su desarrollo. Los sectores rojo y amarillo se retrabajaron modificando sus proporciones originales permitiendo generar más espacio para que marca y submarca interactúen correctamente. Pero, además, se le incorporó a cada variedad un color específico basado en imaginarios colectivos y globales construidos a través del tiempo por distintas categorías.