Reutilización y reciclado de plásticos: una oportunidad para la construcción y el equipamiento urbano
Los materiales plásticos están en continuo crecimiento, siendo su producción mundial de 280 millones de toneladas en 2011 y se espera que siga creciendo en los próximos años; una cifra importante, más aún si pensamos en la ligereza de estos materiales. Esta propiedad es una de las causantes de este crecimiento de los materiales, que presentan generalmente una densidad inferior a los materiales tradicionales, que cada vez más son sustituidos por materiales plásticos.
Aunque ésta no es la única razón, podríamos destacar además: buena procesabilidad, fácil diseño, y propiedades muy variadas que permiten desarrollar materiales a medida (conductores, aislantes, frágiles, duros, maleables, elásticos, etc.).
El sector de la construcción, con aproximadamente un 20% del consumo total de materiales plásticos es el segundo sector tras el del envase-embalaje. En este sector encontramos materiales plásticos en muy diversas aplicaciones: desde puentes y edificios (dentro de la propia estructura con los materiales termoestables como resinas epoxi, poliéster, etc.) pasando por el interior de edificios (materiales aislantes, conducción de electricidad, canaletas, tuberías, etc.) hasta por ejemplo mobiliario urbano (conos, vallas, marquesinas, papeleras, etc.).
¿Por qué el uso del plástico en este sector? Las razones son muy variadas, pero las propiedades que lo hacen idóneo son su duración y resistencia a la corrosión, aislamiento térmico y acústico, y su bajo coste de producción y mantenimiento. Además son higiénicos y limpios, permiten un acabado estético y son ambientalmente seguros.
Búsqueda de nuevas aplicaciones
Uno de los retos de los materiales plásticos en este sector es mejorar el final de su vida útil. Más del 40% de los residuos plásticos que se generan anualmente en España van al vertedero. Es necesario seguir trabajando en la mejora ambiental y sobre todo en cumplir la denominada jerarquía de residuos plásticos: prevención (prioritaria), reducción de residuos (tanto en cantidad como en posible peligrosidad), preparación para la reutilización, reciclado, fomento de otro tipo de valorización (incluida la energética). El objetivo final es evitar el depósito en el vertedero o la incineración sin recuperación energética.
En el trabajo de cómo mejorar estos aspectos en el sector de la construcción, se encuentran dos proyectos de I+D+i llevados a cabo en España. El primero de ellos es Polimix, una investigación subvencionada por la Unión Europea dentro del programa LIFE+, a través del cual se ha desarrollado un tramo de carretera donde se han empleado diferentes residuos plásticos. En concreto, se han hecho 4 tramos diferentes, de medio kilómetro cada uno, con residuos de Polietileno (PE) procedentes de envases, residuos de Poliestireno (PS) procedentes de perchas, residuos de caucho a partir de neumáticos fuera de uso y residuos de Polietileno (PE) y Polipropileno (PP) provenientes de tapones de envase. Esta carretera fue construida e inaugurada en septiembre de 2012 en Madrid y los resultados obtenidos hasta el momento (pruebas de laboratorio y planta piloto) demuestran que las mezclas bituminosas modificadas cumplen con la normativa vigente PG-3 referentes entre otros a la sensibilidad al agua o a pista de laboratorio, presentando un mejor comportamiento frente a las deformaciones permanentes de los plásticos del firme. Esta mejora supone un incremento en el ensayo de rodadura con respecto a la mezcla de referencia (que no lleva residuos).
El resultado es un aumento de la vida útil de los materiales plásticos y una mejora económica directa en el mantenimiento de las carreteras.
Con la carretera ya hecha y en pleno funcionamiento se está monitorizando su comportamiento estructural: fatiga al tipo descendente, deformación permanente, deterioro bajo el efecto del agua, evolución del módulo de rigidez elástico y del módulo resiliente y formación de roderas.
La Universidad de Cantabria, Acciona y la Comunidad de Madrid y Aimplas han participado en este proyecto cuyos resultados servirán para demostrar la viabilidad del uso de estos materiales mediante resultados de una experiencia real con tráfico.
Otra investigación que abre nuevas puertas al plástico en el sector de la construcción es Eco-Rubber. A través de este proyecto financiado por el programa Eco-innovation se ha conseguido desarrollar un bolardo fabricado con caucho reciclado (entre un 60 y un 90%), sin ningún tipo de ligante, lo que posibilitará volver a reciclarlo.
Este bolardo presenta ventajas frente a otros: absorbe impactos por lo que es 4 veces más seguro frente a accidente por colisión de viandantes y ciclistas, además es más flexible, por lo que produce menor fricción en los vehículos y minimiza su rayado.
El bolardo cuenta con un logotipo que permite al usuario final conocer que ha sido realizado con material reciclado, comunicándose así las ventajas ambientales. Estos aspectos son muy importantes en la compra pública verde.
Además es importante señalar que el proceso productivo desarrollado es reproducible en un amplio rango de industrias transformadoras de caucho y en una gran variedad de aplicaciones y otros productos de mobiliario urbano como barreras protectoras de parking o sistemas de reducción de velocidad en carreteras. Este proyecto ha sido desarrollado por Recipneau, Berlá, IBV y Aimplas.
El plástico y el caucho son por tanto materiales clave en el sector de la construcción y hay que seguir trabajando para mejorar sus propiedades y buscar nuevas aplicaciones a través del reciclado y la reutilización. El sector de la construcción puede dar una segunda vida a materiales plásticos dando lugar a productos sostenibles, con buenas especificaciones técnicas y económicamente viables.