Cyclone Farm es uno de los principales productores orgánicos del estado
Interempresas en Nebraska (II): El suelo, ese gran recurso a preservar
En Nebraska tienen muy claro desde hace décadas que el suelo es el bien a preservar de manera prioritaria y, para ello, apuestan por la reducción de insumos químicos, la retención de agua, el aumento de los rendimientos y la captura y almacenamiento de carbono de la atmósfera.
Cyclone Farm, empresa enclavada en el centro-este del estado de Nebraska, es uno de los principales productores orgánicos de la zona. La sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente son la base de su trabajo y así lo aplican en todos sus cultivos.
Con el concepto ‘Farm out of the box’ (granja fuera de la caja) tratan de demostrar el aprovechamiento que hacen de las propiedades únicas de la tierra, para garantizar que sea lo más sostenible, rentable y respetuosa posible. “La clave del éxito está en la tierra. Por ello, trabajamos muy duro para maximizar el equilibrio y la salud del suelo utilizando el método Albrecht/Kinsey”, señalan Tyler y Amy Bruch, sexta generación familiar al frente del negocio.
Todas sus fincas cuentan con sistemas de riego por pivot central o por gravedad y están preparadas para una amplia variedad de cultivos orgánicos, como maíz, trigo, guisantes, avena, alfalfa, girasol, soja, etc. También trabajan muy de cerca con distintos tipos de cultivos de cobertura.
Su estricto concepto de sostenibilidad parte desde el suelo, al que consideran “el estómago de la planta”. “Es clave lograr su equilibrio y que una raíz se desarrolle mediante cultivos, cultivos intercalados y cultivos de cobertura. Todo ello conduce a producciones de mejor calidad y ricas en nutrientes”, señalan Tyler y Amy.
Para el análisis de los suelos, en Cyclone Farm utilizan una máquina cartográfica de electroconductividad, que arroja información detallada de las estructuras y las texturas, lo que facilita una gestión precisa dividida por zonas, toda vez que los campos de trabajo en Nebraska son de unas extensiones considerables. De esta forma, consiguen el equilibrio general y se aseguran que cada planta crezca según los criterios orgánicos deseados y muestre todo el potencial para producir granos de calidad con volúmenes adecuados.
El control y optimización del parque de maquinaria lo realizan desde hace años a través del John Deere Operations Center, “una aplicación clave con la que hemos mejorado la rentabilidad del negocio”, admiten. Entre sus equipos destacan dos tractores de bandas de goma, modelos John Deere 9560 RT y 8320 RT, así como un rastrillo orgánico Treffler y un desmalezadora-flameadora. Estos dos implementos son determinantes para el control de las malas hierbas de forma sostenible.
Amy Bruch, que en 2021 obtuvo el Premio a la Agricultora del Año de Organic Trade, tiene claro que en la situación en la que se encuentran actualmente las cadenas de suministro agrícola, es un gran momento para cambiarse a la producción orgánica. “Nuestro objetivo es desarrollar la explotación para que sea lo más sostenible, rentable y respetuosa posible con el medio ambiente”, concluye.
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Interempresas en Nebraska (I): El estado de la sostenibilidad