La agricultura española: muy consumida, poco conocida
Los españoles tienen un profundo desconocimiento acerca de la actividad agraria, que prácticamente afecta a todos los ámbitos: tecnología que emplea, importancia socioeconómica del sector, tipos de agricultura, seguridad de los productos, etc. Esta es la principal conclusión de la ‘I Encuesta sobre Percepción e Imagen de la Agricultura Española’, realizada por la consultora Elogia para la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA).
Es este desconocimiento generalizado el que explica que la mitad de la población piense que el sector agrario es “un sector muy manual y artesano” (52%) mientras que la otra mitad lo considere “muy industrializado” (48%).
El estudio detecta asimismo que las percepciones que tienen los ciudadanos sobre la agricultura incurren con frecuencia en contradicciones evidentes; así, por ejemplo, el 65% afirma que se trata de una actividad que emplea mucha tecnología, aunque al mismo tiempo se cree mayoritariamente que el agricultor es personal no cualificado.
Este desconocimiento se extiende también a los más significativos datos socio-económicos de la agricultura española. Por ejemplo, el 93% de los encuestados no sabe que España es el primer exportador mundial de frutas y hortalizas y cuatro de cada cinco personas desconoce que el sector agroalimentario emplea a más de 2 millones de personas en nuestro país.
En materia terminológica, la ‘I Encuesta sobre Percepción e Imagen de la Agricultura Española’ ha detectado que los ciudadanos desconocen cuáles son las diferencias entre agricultura “convencional”, “integrada” y “ecológica”. Sobre esta última, el 50% está convencido erróneamente de que es aquel tipo de agricultura que no utiliza ningún producto fitosanitario.
La agricultura convencional es identificada principalmente como la que emplea mucha mano de obra, es tradicional en sus metodologías y poco innovadora tecnológicamente, lo que entra en contradicción con la convicción mayoritaria expuesta anteriormente de que la agricultura usa mucha tecnología.
Finalmente, sólo el 8% de los sondeados conoce el término “agricultura integrada” y es capaz de asociarlo correctamente con alguna de las características que le atribuye el Ministerio de Agricultura: máxima utilización de los recursos y los mecanismos de producción naturales, sostenibilidad mediante métodos biológicos y químicos que compatibilicen las exigencias de la sociedad, la protección del medio ambiente y la productividad agrícola, gestión integrada de plagas con un empleo de fitosanitarios en niveles económica y ecológicamente justificados que reduzcan o minimicen los riesgos para la salud humana, etc.
Imagen de la tecnología agrícola
Respecto a los citados productos fitosanitarios, casi la mitad de los españoles, el 48%, dice tener una imagen “ni positiva ni negativa” de ellos. Un 18% tiene una imagen de ellos positiva o muy positiva y un 35%, negativa o muy negativa. El 40% de estos últimos afirma que la razón principal de su percepción es el supuesto perjuicio que los fitosanitarios causan a la salud humana. Pero, cuando se les formula la pregunta con respuestas sugeridas, el porcentaje sube al 87%, lo que pone de manifiesto que quienes perciben negativamente los fitosanitarios no saben bien por qué tienen esa mala imagen de los mismos y parecen, además, susceptibles a dejarse influir por opiniones ajenas.
La encuesta se interesa también por el empleo de otras tecnologías como fertilizantes, aditivos alimentarios o semillas transgénicas. La imagen de los fertilizantes es, en general, buena, ya que sólo un 9% dice tener de ellos una opinión negativa o muy negativa, mientras que el 45% los conceptúa positiva o muy positivamente. El 46% no se pronuncia al respecto, pero, preguntado sobre las consecuencias del uso de fertilizantes en la agricultura, hasta un 81% del total considera que la producción es mayor o mucho mayor cuando se emplean.
En lo referente a las semillas de origen transgénico, no hay una percepción claramente mayoritaria en ningún sentido. El 29% tiene una imagen positiva o muy positiva de ellas y el 27%, negativa o muy negativa, quedando entre medias una colectividad mucho más amplia de “indecisos” sin opinión definida (44%).
Respecto a los aditivos, el 58% de los encuestados manifiesta una percepción negativa o muy negativa. Y, preguntada esta muestra sobre el porqué de su respuesta, la principal causa esgrimida, con un 90%, es su supuesto perjuicio a la salud de las personas.
La encuesta se interesa igualmente por el nivel de confianza que tienen los encuestados en los controles sanitarios a los que son sometidos los productos agrícolas en nuestro país. Tan solo el 21% tiene una confianza baja o muy baja. Puede decirse que ocho de cada diez españoles confían en la seguridad alimentaria (51% con nivel medio y 28% con una confianza alta o muy alta).
Experiencia con las plantas
Puesto que la capacidad para ponerse en el lugar de quienes realizan una actividad puede contribuir a opinar sobre ella, la 'I Encuesta sobre Percepción e Imagen de la Agricultura Española' incluye un breve apartado que se interesa por la experiencia de los propios ciudadanos en el cuidado de las plantas, es decir, por los cultivos ornamentales en el ámbito doméstico.
El 85% de los españoles dice haber tenido alguna vez o tener actualmente plantas en su hogar. La actividad que con más frecuencia realizan para cuidarlas es el riego, con un 97% de las respuestas, destacando el hecho de que el uso de fertilizantes, citado por un 60%, esté casi al mismo nivel que la preocupación por la iluminación correcta o el trasplante periódico. La aplicación de fitosanitarios queda en un marginal 11%.
Llama la atención, sin embargo, que, preguntados por las decisiones que toman cuando una de sus plantas empieza a presentar algún problema (como la caída de hojas o la presencia de insectos), un mayoritario 58% asegura informarse de los posibles tratamientos y utilizarlos para intentar revivirla. Frente a este porcentaje, el 28% dice informarse también pero no hacer nada al final y un 14% reconoce que se desentiende de la planta y compra otra para sustituirla cuando muere.
El desconocimiento mayoritario vuelve a aparecer aquí al abordar las enfermedades y plagas que sufren las plantas y los cultivos agroalimentarios, pues un 55% de los encuestados se muestra incapaz de citar alguna. Entre el 45% restante, la mitad menciona los pulgones, apareciendo el resto de enfermedades y plagas en porcentajes marginales.
Hábitos de consumo de frutas y hortalizas
Mujer de entre 31 y 65 años: este es el perfil tipo de quien compra frutas y hortalizas, que, en materia de consumo, son los dos productos en los que se centra la encuesta por ser los más habituales en la cesta de la compra de entre los agroalimentarios.
En cuanto al establecimiento preferido para abastecerse de ellos, el hipermercado supera ligeramente, con un 40% de respuestas, al mercado tradicional (37%), seguido éste de la frutería/tienda de barrio (13%) y el supermercado (10%). Resulta interesante que el 55% de los encuestados afirma comprar frutas y hortalizas en el mismo sitio donde adquiere el resto de alimentos, frente al 45% que dice surtirse de ellas en un establecimiento diferente.
Cuando se pide a los españoles que ordenen, de mayor a menor importancia, los siete factores que más suelen tener en cuenta para decantarse por unos u otros productos hortofrutícolas, es el precio el que ocupa el primer lugar. Le siguen el sabor, el aspecto y la estacionalidad. Las vitaminas u otros nutrientes están en antepenúltima posición, con el origen geográfico a continuación y, por último, el sistema de producción (“ecológico, convencional o integrado”). Es decir, independientemente de la opinión que se tenga acerca del tipo de agricultura, se trata de un factor que apenas es valorado en la decisión de compra.
Por último, respecto al consumo diario de frutas y hortalizas, el 53% de los españoles asegura tomar tres o más piezas/raciones, el 30% se queda en dos y el 17%, en una o ninguna.